Carlos J. Pérez García.
Eso sonó preciso, muy preciso, y me llamó la atención: “Estaba persuadido de su papel como guía del país; aunque también resultaba evidente su acentuado egocentrismo, fomentado y solapado por aquéllos que (…) en el oportunismo encontraban tal vez la manera de sobrevivir”. Mi amigo leyó esto de su libretita de notas unas horas después de la grosera participación del presidente en la Cumbre del Cambio Climático, en una breve pausa de su conferencia mañanera.
Ya nada le parece, pensé yo, si acaso sus ocurrencias y lo que cree que no ignora. Uno de sus feligreses dijo una vez: “Sabe de todo”, cuando en realidad “Habla de todo” y sabe a medias algunas cosas. Ese jueves fue agresivo contra jueces, periodistas y empresarios, así como desdeñoso con el importante evento de líderes que promovió el presidente Biden. Sólo le interesó hablar (de lo suyo), sin escuchar los temas centrales.
Pero, oigan, me aclararon que la cita del primer párrafo se refería a Antonio López de Santa Anna, el maldecido presidente mexicano una y otra vez entre 1833 y 1844. Tal como en los casos de varios malandros históricos, tienen similitudes aunque también diferencias.
Ese día, el hueco que dejó la patética representación oficial de México fue llenado por el discurso de la inspiradora activista mexiquense que vive en Nueva York, Xiye Bastida, de 19 años y origen otomí, con la que podemos renovar esperanzas en la sociedad civil: sobre todo, en las mujeres y las nuevas generaciones. Pienso que en la próxima década serán ellas quienes puedan definir un mejor rumbo, como se ve ya con Laurie Ann Ximénez-Fyvie (epidemias), Lilly Téllez (en el Senado) o ciertas feministas y tuiteras.
En Morena se ven candidatos pésimos y dirigentes peculiares, aunque el referente presidencial no pierde tanto terreno como piensan sus enemigos, pues le sirven los programas sociales que reparten dinero y la frágil idea transformadora se vuelve a fortalecer con la demagogia y las crueles burlas (memes) o los brutales ataques que hacen víctima al mandatario populachero.
Cada día evita enfrentar problemas graves mediante ataques, descalificaciones, distractores o anécdotas históricas, aunque trata de ocultar su inquietud ante la posibilidad de perder el control. Las mañaneras son un instrumento central que manipula, por lo que resulta muy útil verlas para analizar sus ángulos de errores, embestidas, titubeos, lapsus y mentiras.
Muchos electores no quieren al PRI o al PAN, pero están decididos a votar por ellos para tratar de detener el creciente dominio de Morena con su líder autócrata en el Congreso y la orientación nacional, mientras que en las gubernaturas o alcaldías cuentan más los candidatos y sus antecedentes. Vamos a ver.
Para nadie están claras las elecciones dentro de 6 semanas. Ni para la oposición partidista, ni para la sociedad (que incluya al pueblo). Y me parece que AMLO se cura en salud: A la larga, él podrá decir que no pudo transformar casi nada por la pandemia (pretexto como anillo al dedo), los conservadores le sabotearon todo con amparos, tampoco le permitieron la continuación de Arturo Zaldívar en la SCJN, le robaron la elección de junio con la complicidad del INE (problemas postelectorales), y/o el imperialista Biden le agarró ojeriza por quien sabe qué. Viene a ser escalofriante.
* LA VACUNACIÓN AVANZA YA con menor lentitud hacia los clímax calculados por el gobierno federal en el marco de las elecciones. A mí me fue bastante bien acá en México, al igual que a varios familiares en Estados Unidos, pero las ocurrencias presidenciales afectan mucho, como tantos otros problemas; por ejemplo, a los trabajadores de la salud (algunos muy modestos) que no caen en la órbita ideológica del sector público, o a los jóvenes que no se ubican cerca del partido en el poder.
Al gobierno no le ha sido fácil mejorar y las mentiras iniciales (sobre compras o presupuestos) tampoco le han ayudado, aunque es inaceptable la tozudez en contra de grupos vulnerables a los que ni les ven interés político. También muchos han pasado momentos de desgaste que ciertos morenistas justifican.
En fin, mientras les toca, lo mejor es seguir cuidándose sin olvidar el cubrebocas que, me da gusto confirmar, es muy utilizado aunque lo desdeñe un presidente tan macho.
@cpgarcieral