Francisco Garfias.
A López Obrador el mundo lo tiene sin cuidado. En sus dos años, cuatro meses y 23 días en la presidencia sólo ha viajado al exterior una vez: voló a Washington a entrevistarse con su amigo Trump.
Siempre ha dicho que la mejor política exterior es una buena política interior. Eso de “La aldea global” le es completamente ajeno. “Hay que concentrarse en México”, repite.
Y por increíble que parezca, le dio prioridad a sus acólitos de la mañanera sobre la Cumbre de Cambio Climático convocada por Joe Biden.
Sólo escuchó los discursos del presidente de Estados Unidos y de la vicepresidenta Kamala Harris, y retomó su “rueda de prensa” cotidiana.
No fue sino hasta poco antes de intervenir que regresó a la Cumbre. Las imágenes sugieren que ya no estaba presente el mandatario estadunidense.
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El tema prioritario para los cuarenta jefes de estado que participaron es el cambio climático. AMLO se vio desinteresado.
Utilizó los minutos que le tocaban para destacar las bondades de su programa “Sembrando Vida” que ya fue bateado por Estados Unidos.
Prometió, eso sí, modernizar las hidroeléctricas, generadoras de “energía limpia y barata”.
La tarea de atender el grueso de la Cumbre recayó en el canciller, Marcelo Ebrard.
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El eje de la política energética de la 4T es recuperar el monopolio del Estado en el manejo del petróleo y la electricidad. El regreso a la era del combustóleo y el carbón.
Ejemplos de esa trasnochada estrategia son la Ley de la Industria Eléctrica, congelada por los jueces por violar la libre competencia, y la Ley de Hidrocarburos, que abre la puerta a las expropiaciones.
Hay una ofensiva en forma contra las energías limpias. López Obrador es un convencido de que los generadores de energía eólica –como los de La Rumorosa— “solo afean el paisaje”.
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El afán del Ejecutivo de subordinar al Poder Judicial –el Legislativo ya lo tiene bajo control— provocó algo insólito en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Cinco de los siete magistrados de ese Tribunal le enviaron ayer un oficio a José Luis Vargas, presidente del órgano jurídico, inconformándose con su decisión “unipersonal” de posponer, hasta el martes, las sesiones programadas ayer.
En la agenda de esas sesiones está el retiro de candidaturas a Félix Salgado y Raúl Morón.
“Esa determinación afecta la impartición de la justicia constitucional electoral encomendada a este tribunal, toda vez que implica el aplazamiento del análisis y resolución de asuntos relacionados, entre otros, con el registro de las candidaturas, en el entendido que las campañas electorales iniciaron el pasado 3 de abril”, reprochan.
Lo firman Reyes Rodríguez, Felipe de la Mata, Jannine Otalora, Felipe Fuentes e Indalfer Infante. La única que no suscribió fue Mónica Soto.
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Otra vez la tecnología se alió a la conspiración de los conservadores para desprestigiar al régimen de López Obrador.
Primero fue la senadora de Morena, María Merced González, que en un chat equivocado pasó el mensaje dirigido a los senadores de su partido de que el presidente les encargaba las elecciones en Jalisco y Nuevo León.
Ayer fue el turno de la diputada del PES, Nancy Reséndiz. Se le olvidó apagar el micrófono cuando sesionada en comisiones, vía Zoom, la Reforma que amplia dos años –hasta el 2024– el periodo de Arturo Zaldívar como presidente de la Corte.
Se le escucho una referencia al coordinador de los diputados de Morena: “Ay, el pinche Mier está diciendo que la votemos”.
La ampliación, que viola los artículos 97 y 100 de la Constitución, se aprobó por 17 votos a favor 13 en contra y cero abstenciones.
El diputado Porfirio Muñoz Ledo, ex presidente de la mesa directiva, hizo un pronunciamiento contundente al respecto:
“El Presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, no puede guardar silencio frente a una violación patética de la Constitución. Lleva su nombre para la historia.
“Está obligado a deslindarse ya del Ejecutivo que lo declara como un juez a modo, e infama a todos los miembros de la Corte calificándolos de incompetentes”, escribió en twitter.
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La bancada del PAN en el Senado ya tiene nuevo coordinador. Es el veracruzano Julen Rementería. Lo nombró ayer Marko Cortés, jefe nacional del azul. Substituye a Mauricio Kuri, candidato de ese partido al gobierno de Querétaro.
Apenas hace tres días platicábamos con Rementería en el Patio del Federalismo. Nos compartía en cinco palabras su sentir sobre el gobierno de López Obrador: “Lo peor de lo peor”.
El panista, sin embargo, reconoce que el presidente de la República es un comunicador muy hábil.
“Usa el tema de los programas sociales para decir a los beneficiarios de los programas sociales que en las elecciones de junio próximo está en juego lo que les está dando”, nos dijo.
FIN.
