Raúl Flores Martínez.
El Crimen Organizado en México ha extendido sus tentáculos a todo el país a pesar de que se diga lo contrario en las ya desgastadas conferencias matutinas, esas conferencias donde no hay información fidedigna sobre los movimientos que hacen los criminales en la actualidad.
Algo que debe de llamar la atención, es el movimiento que están realizando el cártel del Pacífico (CDP) y Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han creado dos rutas marítimas para el trasiego de metanfetaminas a Estados Unidos, utilizando el Golfo de California, y una parte del santuario de la vaquita marina.
Esto no es nuevo, lo dimos a conocer en este espacio y en las páginas centrales del periódico Excélsior, el pasado 28 de julio de 2016 donde describimos puntualmente el accionar del crimen organizado en las comunidades pesqueras de San Felipe, usando el Alto Golfo de California (https://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/07/28/1107701).
Dimos a conocer que de acuerdo con el último informe (2015) de la Fiscalía General de California, calcula que anualmente el 70 por ciento de metanfetaminas que ingresan a territorio estadunidense, lo hacen por California.
El informe de 118 páginas, señala que cada año a través de actividades comerciales en California, se lavan entre 30 y 40 billones de dólares provenientes de actividades ilícitas.
Cinco años han pasado de esta información, en la actualidad el Centro Internacional de Investigación y Análisis contra el Narcotráfico Marítimo (CMCON) de Colombia con informes de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), han logrado identificar dos rutas en el Golfo de California o “Mar de Cortés” que se vuelven un cuello de botella en el sector pesquero de las “Salinas”, localizado en costas cercanas del área natural protegida del “Golfo de Santa Clara”, Sonora.
Los documentos internos de la Semar señala que las cargas de droga sintética han sido ubicadas en su partida desde diversos puntos del denominado “Triángulo Dorado” que abarca tres estados y 10 municipios: Sinaloa (Cosalá, Culiacán y Badirahuato) Chihuahua (Guadalupe y Calvo, Morelos, Batopitas y Guazapares) y Durango (Tamazula, Canelas y Topia) a través de embarcaciones menores que recorren el Golfo de California (Mar de Cortés), con la intención de evadir los controles de las autoridades, con el objetivo de recalar en la frontera que comparten México y Estados Unidos en los estados de Sonora con Arizona y Baja California con California.
Los análisis y los intercambios de información entre las Armadas de México y Colombia, señalan que estas rutas de trasiego de metanfetaminas hacia Estados Unidos, son el alto precio que se puede pagar por un gramo que tiene un precio en las calles estadounidense que oscila entre los 30 a 60 dólares (612 pesos a 1,224), mientras en México tiene un precio de 306 pesos.
Con esta información que se dio a conocer en las reuniones de gabinete del Gobierno Federal, se puede deducir que alguien no está realizando su trabajo, como tanto se presume en las conferencias mañaneras, alguien no quiere tener conflictos con el crimen organizado.
Seamos claros, los elementos de inteligencia de la Armada de México, han realizado su trabajo; sin embargo, ellos no pueden moverse porque su mando supremo, que en este caso es el Presidente Andrés Manuel López Obrador no da la instrucción para que se aplique una estrategia que ayude a disminuir el trasiego de droga a pesar de todos los esfuerzos que realiza la Semar para asegurar los embarques que pueden ser detectados.
Aquí alguien no está haciendo su chamba…
