Rubén Cortés.
El gobierno del que Tatiana Clouthier es secretaria de Economía, tiene suspendidos para los inversionistas privados los nuevos proyectos de energías renovables. Así que, mejor, Tatiana Clouthier les pide que inviertan en las energías renovables, pero en Cuba.
En lugar de hacer lo posible para que inviertan aquí, los manda a un país sin ciudadanos libres, que obliga a los inversores extranjeros a contratar a los cubanos que indique el gobierno, y que prohíbe invertir allí a los cubanos residentes en el exterior.
O sea: váyanse a Cuba aunque, por cerrarles aquí la puerta, México pierda 20 mil millones de dólares en inversión, además de la generación de 70 mil empleos, sólo en energía solar, según la Asociación Mexicana de Energía Solar.
Se entiende que, por alianzas políticas e ideológicas, el gobierno mexicano pretenda ayudar al gobierno comunista cubano a aliviar la crisis económica que sufre desde que en 1959 implantó un sistema político que prohíbe la propiedad privada.
Sin embargo, el gobierno mexicano tiene una excelente oportunidad de ayudar a su aliado cubano sin tener que enviar a la isla a los empresarios mexicanos que detesta aquí: la oportunidad está en permitir que el gobierno cubano invierta en México.
Desde la administración de Peña, Cuba ha cabildeado para que México le permita instalar aquí una planta de fármacos mejores y más baratos que los importados de Europa, como la vacuna Pentavalente, que inmuniza con una dosis la difteria, el tétanos, la tosferina, la hepatitis B y la Haemophilus influenzae tipo B.
Los aliados políticos e ideológicos mexicanos del sistema cubano (que ahora detentan aquí el poder casi absoluto) jamás tendrán una oportunidad mejor de ayudar a sus amigos cubanos y, además, de sacarles provecho, a la vez, para los ciudadanos mexicanos.
Ah, pero en lugar de ayudar a concretar el permiso de instalación de la fabrica que llevan años buscando los cubanos, Tatiana Clouthier le pide a los empresarios mexicanos que vayan a Cuba a invertir en el sector biotecnológico farmacéutico.
Y, con la planta de fármacos que quieren los cubanos, el presidente mexicano no tendría que desvariar diciendo que fabrica aquí una vacuna antiCovid que llamará Patria, cuando en realidad ésta se fabrica en Estados Unidos.
Sí: la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional dio 15 millones de pesos para un proyecto internacional del hospital Mount Sinai de Nueva York de crear una vacuna para economías emergentes, entre las que figura México.
Hombre, pónganle la planta de fármacos a Cuba, que posee experiencia universal verificada en vacunas: van a partes iguales, tienen vacunas excelentes a bajo costo, le dan trabajo a mexicanos en México y apoyan a sus aliados ideológicos.
Tatiana Clouthier la tiene fácil.
Sin regalarle dinero a una dictadura enquistada.
