Por. Patricia Betaza
Las autoridades deben investigar e investigar a fondo: ¿Qué llevó a una enfermera a fingir que vacunaba a un adulto mayor? ¿Qué la motivó a hacer toda simulación de crear la falsa vacunación? Los hechos ocurrieron en la Escuela de Ciencias Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, en Zacatenco, y se conoció gracias a las benditas redes sociales. La sobrina del adulto mayor subió el video. Efectivamente, con toda la tranquilidad del mundo la enfermera le dice al paciente que no le dolerá. Y después de picarle el brazo con la aguja de una jeringa donde no sale ningún líquido, le pone una pequeña gasa en el supuesto brazo vacunado. Por lo que vemos en el video no se ve un error. Se ve la alevosía con el que la enfermera actúa. La propia sobrina del afectado dio a conocer en sus redes que, al dar cuenta del hecho, la mujer después suministró la vacuna de Sputnik V a su tío. De acuerdo con una tarjeta informativa del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la voluntaria fue retirada de la célula de vacunación correspondiente. “Es un compromiso de la Secretaría de Salud de la CDMX y del IMSS velar por la salud de toda la población. Se reforzarán las medidas de vigilancia sobre el personal que participa en las jornadas de vacunación”. Se dice que la voluntaria “cometió un error al aplicar el biológico a una persona adulta mayor”. El hecho lamentable y terrible no debería de ser motivo para crucificar el esfuerzo que han hecho las autoridades en todo el país, para aplicar la vacuna contra el Covid-19. Este tipo de actos se han registrado también en Sonora, Brasil y Colombia. Por fortuna en este caso, se procedió a aplicar la vacuna. Pero, ¿Qué pasaría sino hay alguien que esté vigilando que el familiar sea efectivamente vacunado? ¿Qué pasaría si no se tiene un celular a la mano y se registrar un hecho similar? Un hecho filmado y ampliamente difundido puede provocar la desconfianza ciudadana. Es un asunto que no se debe subestimar, que se debe investigar hasta las últimas consecuencias. Puede por supuesto, ser un hecho aislado. Pero crear desconfianza en una situación actual como esta pandemia, no debería pasar como algo anecdótico, producto de un hecho aislado. Es tan grande el desastre de la pandemia que no permite este tipo de “errores” involuntarios.