Héctor Moctezuma de León.
Cada día queda más claro que la conducción de la estrategia de la pandemia a cargo de Hugo López Gatell tiene un alto grado de perversidad. La actitud del subsecretario de Promoción y Protección a la Salud frente a la población que ha sufrido y sufre los mortales efectos del virus del SARS-COV-2 es francamente criminal.
Hace unos días, el doctor o especialista, José Luis Alomía, director general de Epidemiología, el hombre de todas las confianzas de López Gatell, que es quien maneja el rastreo de la epidemia en México, soltó consciente o inconscientemente un dato que demuestra la perversidad en el manejo de este fenómeno que tanto mal nos ha hecho a los mexicanos. Alomía reveló que el 50 por ciento de las personas muertas por COVID-19 falleció en su domicilio.
¿Y qué tiene eso para ser calificado como perverso?
Muy sencillo. Si ustedes recuerdan el subsecretario convenció al presidente Andrés Manuel López Obrador, de que no se debían saturar los hospitales de personas contagiadas por el virus, que las fotografías con instituciones de salud con enfermos tirados en los pasillos, no debían recorrer el mundo, como sucedió en países europeos como Italia y España. El presidente le compró la idea.
Más de 100 mil personas fallecieron en sus propios hogares, no tuvieron acceso a una atención médica adecuada y simplemente el descuido los llevó a la muerte. De esta forma, los hospitales no se saturaron, había espacio aseguraban todos los días en las conferencias de prensa vespertinas de Palacio Nacional que había camas y lo más que se llegó a tener un 90 por ciento de ocupación, que fueron los casos de la Ciudad de México y el Estado de México.
Mi pregunta es ¿cuántas de estas muertes se hubieran evitado si esas 100 mil personas que fallecieron en sus casas, se les hubiera dado la atención hospitalaria adecuada, que nunca recibieron porque no se les admitió en ningún hospital, o no realmente no tuvieron acceso a una cama con los recursos de un hospital COVID?
¿Si esto no es perversidad, que alguien me diga que es? Pero López Gatell sigue ahí, lo que da a pensar que la perversidad se fraguó al nivel más alto de la administración pública.
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Los cadáveres políticos siguen saliendo de las tumbas para erigirse como los grandes salvadores del país, cuando en su momento lo único que hicieron fue amasar una fortuna al amparo del poder. Primero fue Diego Fernández de Cevallos, quien salió de su tumba política para dar lecciones de democracia y buen gobierno. Ahora sale Roberto Madrazo Pintado con un libro que presenta como la panacea para frenar el desastre del país al que nos lleva Andrés Manuel López Obrador. En una entrevista con Ciro Gómez Leyva que circula ampliamente en las redes sociales, el priista que encabezó el gobierno más corrupto que hayan padecido los tabasqueños, habla de fórmulas mágicas para salvar al país, las que el locutor le festejó. Madrazo reconoció que su hijo Federico y el yerno Alexis encabezan el proyecto Latinus que conduce Carlos Loret de Mola. Lo que no le preguntó Gómez Leyva fue ¿de dónde sacaron el dinero para ese proyecto golpeador de la 4T? Hasta dónde se sabe “Pico”, -así lo apodan al junior- sólo ha tenido un cargo como diputado federal, ¿de dónde se hizo de mulas Pedro? era una pregunta obligada, pero Ciro la dejó pasar en esa entrevista a todas luces arreglada.