Carlos J. Pérez García.
A veces la izquierda se ve asociada a la demagogia política (tanto desde el rechazo de la derecha o el anti-populismo, como en los ataques de sus propias sectas), pero ciertas teorías son más profundas y coherentes. En mi opinión la izquierda progresista es de la mayor relevancia en las Ciencias Sociales, sin incluir realmente la Economía pues ésta no debe alojar prejuicios ideológicos, aunque sus objetivos y resultados puedan tener implicaciones “de derecha o izquierda”.
Hay, eso sí, diversas izquierdas y derechas, tanto “dignas” como indignas y entre confusiones a nivel formal o, sobre todo, informal; ya sea en el plano ideológico o práctico, con seriedad o no poca ligereza. Hemos visto a un líder social que se autocalifica de izquierda en su retórica de anécdotas, y llama derechistas y ladrones a quienes no coinciden con sus políticas reales (‘mis enemigos son fascistas… yo no’; ‘al ladrón, al ladrón… yo no soy corrupto’).
Miren, Roger Bartra nació en la ciudad de México en 1942, hijo de inmigrantes catalanes que huyeron del fascismo al final de la Guerra Civil Española. Se ubica entre los mexicanos que han tenido una carrera más distinguida en la historia reciente de nuestro país: Antropólogo de la UNAM, doctorado en Sociología de la Sorbona de París, profesor en numerosas universidades del extranjero e investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales.
A su vez, ha recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes, es Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y ha escrito decenas de libros, ensayos y artículos en distintos idiomas. Viene a ser un verdadero orgullo para México y lo mejor de nuestra izquierda, aunque hoy lo ataca y descalifica el actual presidente en venganza por haberlo desmentido y exhibido como falso y mentiroso.
En 2018, poco antes de la elección presidencial, decía él que eran muchos los ciudadanos que querían regresar a la jaula de la melancolía nacionalista, lo que podría abrirle la puerta al populismo. Esto se lo facilitó una habilidad similar a la de otros comunicadores populacheros como Berlusconi y Trump, de tal manera que al regenerarse el viejo nacionalismo autoritario quedaríamos atrapados de nuevo en la jaula del estancamiento.
Ahora, en su nuevo libro, ‘Regreso a la jaula. El fracaso de López Obrador’ (Editorial Debate, marzo de 2021), el doctor Bartra revisa las razones del éxito electoral de AMLO a partir de alianzas y acciones que lo revelan como “un populista de la más conservadora derecha, inspirado en el priismo autoritario de los años 60 y 70”. La denominada 4T es “un retroceso a una etapa de nuestra historia política que parecía ya superada”.
Los malos resultados de la mayoría de sus decisiones y programas (incluidos los sociales y de austeridad), así como sus errores ante la emergencia del Covid-19, nos confirman que no es “un demócrata firmemente anclado en la izquierda”, además de que encarna un fracaso político con graves riesgos para México. Voy a leer el libro, claro, aunque —agrego yo— este gran simulador aún tiene lo suyo.
* EN OTRA SEMANA DE tropezones el presidente acumula más reveses con su contrarreforma eléctrica, las malhadadas candidaturas en su partido, la creciente decepción por el manejo de la crisis sanitaria y de vacunación masiva, al igual que con la desconfianza de la inversión privada nacional y extranjera o el desdén de las reglas internas y los acuerdos externos.
El analista internacional Moisés Naím le dijo al Financial Times de Londres: “(AMLO) está enamorado de las malas ideas…”, que se pensaban superadas al no haber sobrevivido ni siquiera en las épocas anteriores a la globalización y modernización. Son los casos de la simple ‘rectoría del Estado’ que quiere revivir y del reiterado ‘menosprecio de la inversión más competitiva’.
En fin, del análisis de las encuestas más serias vemos que se incrementa la percepción de los graves problemas que enfrenta nuestro país, a la vez que hay cambios en las preferencias electorales de ciertos estados y la posible integración del congreso federal. Igual, se aprecian diversos ejemplos de inquietud, desesperación y descontrol ante tiempos de campañas y elecciones.
@cpgarcieral