Edgar Morales “El Castor”.
“Si vienes a hacer locuras, ve a otro lado” expresó ante los medios de comunicación Dan Gelber, el alcalde de Miami Beach. Sus palabras explotaron por el hartazgo, después del desbordamiento en las calles, de masas de jóvenes sin observar ningún protocolo de salud.
Gelber no la tiene nada fácil para desactivar este fenómeno; en primera, los jóvenes celebran el spring break -las vacaciones de primavera para los estudiantes en EEUU- en segunda, el destino se volvió imprescindible, porque otros lugares tienen clima frío o están cerrados, y en tercera porque el gobernador de Florida, Ron DeSantis -fiel seguidor de Trump- consideró que su entidad es un “Oasis de libertad” sin restricciones de seguridad sanitaria.
Por todo eso, le tocó “bailar con la más fea” al alcalde que, como plan emergente, impuso Toque de Queda y, ante el caos, extendió el horario de 8 de la noche a 6 de la mañana por tres semanas más. Pero los muchachos están imparables; la ciudad no llega a los 100 mil habitantes pero atrae a 200 mil visitantes diariamente. El riesgo por contagio de COVID-19 está en uno de los puntos más altos con alrededor de 4,300 nuevas infecciones por día en promedio.
Este es un ejemplo de lo que vivirán cientos de destinos turísticos a nivel mundial en los próximos días. Sobre todo aquellos que no cuenten con un plan de contención real o no sepan comunicar a la población local y a los visitantes. “Estar preparados” no debe ser solo un slogan, debe estar proyectado y actuado por estrategas, servidores turísticos, cuerpos de seguridad y medios de comunicación.
Estas vacaciones serán muy diferentes a las anteriores, porque ahora los turistas traen un ingrediente extra: el minimo de tolerancia a la frustración y el máximo de necesidad de salir. Han sido meses de confinamiento, cientos de días de encierro, estrés, angustia, y además de duelo. Si piensan que pueden contener a una familia hasta que llega al lugar, significa que están minimizando la situación, hay que actuar desde antes que salgan de sus casas. Ya lo estamos viendo en Miami; ni el gas pimienta o el Toque de Queda, amilana a la multitud que abarrota las calles.
No es con la fuerza como se deben calmar los ánimos en los destinos turísticos, es con información y con estrategias para concientizar de las nuevas maneras de viajar con bioseguridad en la era del SARS-CoV-2.
@elcastoroficial