Raúl Flores Martínez.
Sabemos que la educación en México está por los suelos, que ocupamos a nivel internacional los últimos lugares en todos los rubros desde el aprovechamiento, desigualdad e incluso en el sistema de estudios.
Todo esto negado por las mismas autoridades de los distintos gobiernos Federales que han estado en el poder, y también en actual que tiene un buen pretexto para decir que es culpa del pasado.
Algo que llama la atención, es el estudio “Comunidades escolares al inicio del confinamiento por SARS-CoV-2, Voces y Perspectivas de los Actores”, donde se deja en claro, la falta de capacitación de los actores de la educación en el país, no están capacitados para dar clases a distancia por la falta de dominio de algunas tecnologías, incluyendo redes sociales; además de que los procesos de enseñanza, se resquebrajaron con este nuevo tipo de educación en el país.
Este estudio se realizó tanto en las ciudades, cómo en las comunidades más alejadas del país, lo que dejó en claro que se tuvo que dar un golpe de timón en los procesos de enseñanza en la educación en México, principalmente en el tema de las tecnologías.
Asegura el documento que tanto profesores, como padres de familia, fueron sorprendidos con el cierre de las aulas escolares al inicio de la pandemia, lo que generó un estrés extremo en ambas partes, debido a que no hubo tiempo para preparar las clases, preparar un área específica para enseñar y recibir las enseñanzas en los hogares.
Además de que quedó más evidente la enorme brecha social que la educación remota ha dejado ver. Aunque ya desde hace tiempo se había manifestado su existencia, ahora es más visible.
Los niños, niñas y jóvenes más desfavorecidos resultaron profundamente afectados, por no tener acceso a la estrategia de aprender en casa, a lo que se le sumó fueron víctimas de masacres, asesinatos, secuestros, desplazamientos, desapariciones, y reclutamiento forzado por parte de diferentes grupos armados.
Además, que la matrícula de estudiantes en las escuelas públicas del país, bajó considerablemente, aun cuando muchos niños de colegios privados pasaron a la educación pública. Situación que trajo consigo, el despido masivo de profesores provisionales.
Es un hecho que la pandemia reveló que el WhatsApp, redes sociales, como Facebook, blogs, correos electrónicos y llamadas telefónicas, y en los casos donde no era posible establecer comunicación por medios digitales, los profesores realizaron visitas a los hogares para acompañar los procesos.
Los dispositivos, la gasolina y la utilización de luz, internet, etc; son pagados de los bolsillos de los propios profesores que, a los gastos del hogar, se le unen los gastos profesionales que no se les reponen.
En pocas palabras y para buenos entendedores, los profesores en todos los niveles, no están preparados para el manejo de las nuevas tecnologías por estar dentro de un sistema de educación caduco que quedó en evidencia con la pandemia, aún así, algunos profesores siguen haciendo marchas y paros laborales, atrasando día con día más la educación en el país.