Edgar Morales “El Castor”.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, la industria acerera estadounidense era la dueña y señora del planeta. Todavía en los 50´s producían el 40 por ciento del acero mundial y “se la creyeron”, no le apostaron a la modernización con hornos de oxígeno; llegó China, les comió el mercado en un corto período para liderar la materia, pues elaboran más o menos el 50 por ciento del acero en el orbe, mientras que EEUU apenas un 10 por ciento.
Al país, ahora gobernado por Joe Biden, le dio tiempo de cambiar de la fabricación de bienes para enfocarse en la prestación de servicios. Les tomó años transformar el rumbo para decidir la mejor opción. Si esto lo comparamos con la Industria de Reuniones (uno de los segmentos más poderosos del Turismo, capaz de aportar el equivalente al 1.5% del PIB Nacional) el dilema de la industria acerera americana resulta un problema menor; porque la coyuntura sanitaria ha puesto a la IR en un escenario insólito: estaban blindados con capacitación, la modernización era parte de su disciplina, en su ADN llevaban el espíritu de competir pero la competencia nunca apareció, el enemigo resultó desconocido e invisible, llegó un día y 24 horas después lo descontroló todo, dejándolos en la incertidumbre, afectando a cada uno de los involucrados en el mercado mundial por igual y lo peor, es que el segmento más organizado del Turismo, aún no encuentra el cambio disruptivo, solo tiene un plan para adaptarse a las condiciones actuales.
Además, el panorama no es muy alentador, tienen este 2021 un año muy difícil para la Industria de Reuniones de Latinoamérica, así lo consideran los actores de estas empresas, acorde a los datos del Portal Estratégico de Información de la Industria de Reuniones en América Latina en su boletín de febrero sobre Percepciones y Expectativas.
Los expertos involucrados en nuestro continente, esperan un crecimiento regional del 1.9%. Los países más optimistas como Panamá, consideran que el aumento será de 5.4%, México aparece entre los países que apuestan por un desarrollo conservador de 2.5%.
Ya pasaron el peor momento; el tercer bimestre del año mostró los resultados más negativos al compararse con las cifras arrojadas en 2019. A partir de ahí la reducción ha sido menor, por ejemplo, en la más reciente resultó -28.7% contra Enero-Diciembre 2019.
Las reuniones presenciales son el punto de quiebre; qué hacer cuando durante el 2019 y años previos, el 88 por ciento de las reuniones eran presenciales. En contraparte, durante el 2020, el 66 por ciento de las reuniones fueron virtuales y apenas el 21 por ciento presenciales, que en el presente año subirían hasta un 33 por ciento, apenas por arriba de los eventos híbridos. En el 2021, las reuniones virtuales, seguirán siendo las más recurrentes (43 por ciento).
Todavía queda mucha historia por escribir de este segmento y no dudemos de su transformación.