Marissa Rivera.
Vaya que será complicado para los electores ejercer su voto el próximo 6 de junio.
Y es que la “caballada” está no solo flaca, sino también muy revolcada y reciclada.
Los partidos políticos no acaban de entender que los mexicanos quieren opciones nuevas, talento fresco, jóvenes y mujeres honestos, que impulsen una nueva forma de hacer política. No más de lo mismo. No a los personajes que llevan años viviendo del erario sin entregar buenas cuentas para el país.
Políticos acomodaticios que benefician el interés personal por encima de todo. Antes iban de la Cámara de Diputados a la de Senadores y viceversa, pero se les acabó ese arte de “chapulinear”. Ahora, muchos de ellos aspiran a la reelección que les permite mantenerse como diputados hasta tres veces, o sea nueve años. A ver si la gente vota por ellos de manera recurrente.
Entre los candidatos aparecen apellidos que son sinónimo de corrupción y de abuso de poder, de todas las instituciones políticas. Representantes populares que no han velado por los derechos de los ciudadanos.
Hay infinidad de casos de quienes ya han sido militantes de casi todos los partidos políticos, con tal de ocupar un cargo u obtener una candidatura. Son muchos los nombres, pregúntenle, por ejemplo, a Layda Sansores.
En México se puede todo. Desde mostrar desprecio a los simpatizantes, así como elegir a un adversario con tal de alcanzar el poder. No hay manera de entender la postura del supuesto “partido de la transformación”, que contra viento y marea, postuló a Félix Salgado Macedonio como su candidato a la gubernatura de Guerrero.
Un caso deleznable, por decir lo menos. Indigna que el presidente Andrés Manuel López Obrador y el dirigente de Morena, Mario Delgado lo hayan solapado. Cinco mujeres lo han acusado de haber sido violentadas sexualmente por este polémico político. Argucias de la lucha electoral dicen unos. Un violador no será gobernador, dicen otros.
Así de encarnizada será esta batalla por el poder.
Incluso, apenas en la elección de precandidatos ya hubo golpes por la repartición de espacios.
La sede de Morena fue tomada por militantes de varios estados que acusaron un “agandalle” en la repartición de candidaturas. El dirigente morenista se refugia en lo que llama democráticas encuestas, mientras los simpatizantes denuncian “cuchareo” y “dedazo” para imponer candidatos.
La alianza PAN-PRI-PRD que pretende quitarle la mayoría en la Cámara de Diputados, a Morena, no ha podido demostrar que su impensable alianza opositora sea exclusivamente la búsqueda de poder.
Los dirigentes de los partidos se han repartido entre los mismos de siempre las posiciones, otros se los dieron a sus más cercanos colaboradores y otros pagaron cuotas familiares. En el caso de Alito Moreno y su sobrino, allá en Campeche, solo fue una imposición de quien detenta el poder.
Los políticos que se han quedado con las ganas de una candidatura, se han ido con la oposición o con partidos “chicos” que buscan ganar votos para mantener el registro. Lo que ha provocado que se diluyan las posibilidades de unir fuerzas opositoras para enfrentar a Morena y sus aliados. No han entendido la lección y se van a tropezar con la misma piedra.
Y están los otros candidatos. Algunos partidos han recurrido a figuras del espectáculo o el deporte para obtener votos y otros, incluso, para no perder el registro. Ante la ausencia de cuadros políticos, han recurrido a cantantes, actores, luchadores enmascarados y hasta una ex miss universo.
Nada está escrito aún. Para el presidente es fundamental que su partido no pierda la mayoría en la cámara baja para continuar su proyecto de la 4T e intensificará su interminable campaña para lograrlo.
El grupo aliancista opositor quiere quitarle el control del Congreso a López Obrador. Pero ya se abrieron muchas heridas en la repartición de candidaturas que podría restarle votos. Vamos a ver.
Las elecciones intermedias de por si son de poco interés para los votantes, el abstencionismo siempre gana. Ahora habrá que sumarle que el proceso electoral se realizará en medio de la pandemia y el nivel de los candidatos se ve disminuido.
Ya le digo, no está fácil la elección del 6 de junio.