José C. Serrano.
Muy sonados han sido los hechos recientes ocurridos en este país acostumbrado a vivir con cierto confort en la esperanza, porque la realidad le cae de peso: la extradición de Alonso Ancira Elizondo y la captura de Mario Plutarco Marín Torres.
Alonso Ancira Elizondo nació en la ciudad de México hace 69 años. Es dueño de una fortuna de 800 millones de dólares. Basado en esa solvencia económica ha viajado por el mundo, dándose la vida de un magnate. La justicia, comenzó a perseguirlo de manera sistemática desde 2019. En su intento por darse a la fuga cruzó el Océano Atlántico en jet privado que lo llevara a Madrid, España, ciudad donde es propietario de una gran mansión.
En Palma de Mallorca tiene atracado un yate lujoso de más de 40 metros de eslora, que había movido de Port Adriano, desde Palma quería surcar aguas baleares junto con su familia. El plan se frustró.
Ni su dinero ni su doble nacionalidad impidieron que el empresario fuera detenido el 29 de mayo de 2019 en el aeropuerto Sant Joan de la isla Palma de Mallorca, tras ser identificado por agentes de la Policía Nacional española, con base en una alerta de la oficina en España de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), con fines de extradición a México.
La detención se realizó a partir de una orden de aprehensión girada en contra de Ancira a partir de las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) y de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que, detectaron transferencias irregulares desde las cuentas de Altos Hornos de México, Sociedad Anónima (AHMSA), a empresas off shore vinculadas a la constructora brasileña Odebrecht y al exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin.
Otro caso reciente es la detención de Mario Plutarco Marín Torres, exmandatario de Puebla, el Gober Precioso, motejado así por su amigo Kamel Nacif. Marín Torres nació en esa entidad en 1954. La aprehensión ocurrió el 3 de febrero de 2021 en un conjunto residencial de Acapulco, Guerrero. Se le acusa de una presunta responsabilidad en el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho. Dicho delito está tipificado como grave y no alcanza la libertad bajo caución.
En entrevista reciente el actual mandatario poblano, Luis Miguel Barbosa Huerta, festinó la detención que realizó la FGR. Dijo que, además de ser acusado por el delito de tortura de la comunicadora Lydia Cacho, también debe ser investigado por su enorme fortuna obtenida de manera ilícita y, de utilizar prestanombres para ocultar su riqueza.
Los ahora imputados solicitan clemencia de las autoridades ministeriales y judiciales: quieren seguir su proceso en libertad. En similar tesitura se colocaron Elba Esther Gordillo Morales, Andrés Granier Melo, Mario Villanueva Madrid y Rosario Robles Berlanga. Ellas y ellos han alegado, que sufren padecimientos muy graves que ponen en riesgo su salud; asimismo, que merecen un trato especial por su edad avanzada.
Ellas y ellos, cuando han estado en la cúspide del poder, jamás se quejaron de la más mínima molestia. El miedo de ir a prisión o, estar en ella, las y los obliga a exacerbar sus particulares hipocondrías y se adjudican patologías recurrentes: diabetes, hipertensión, nefropatías.