Jorge Miguel Ramírez Pérez.
La maldición china tiene dos caras, una: “que todo te salga mal”, esa es obvia. La otra: “que todo te salga bien” … parece de broma, pero analizándola con cuidado, expresa una desgracia, que los deseos y no las necesidades, se cumplan a cabalidad y al mismo tiempo.
A Quirino Ordaz el tercer mejor posicionado gobernador del país -según algunas encuestas-, se le ha cumplido tal vez, sin proponérselo con premeditación, el deseo de tener la cercanía de dos candidatos contendientes, los dos con posibilidades de sucederlo. Uno el de Morena, Rubén Rocha Moya, quien antes de ser senador era su jefe de asesores; y otro, todavía “tapado”, en el más puro estilo del priísmo que en esta ocasión, es acompañado por las dirigencias del PAN y del PRD, en una alianza que aparte de la federal, incluye la gubernatura del estado del Pacífico Norte.
Es irrefutable señalar que además de algunos miembros del gabinete de cualquier gobernador que gozan de su amistad y confianza, quienes fungen como secretario particular y como jefe de asesores son una extensión intelectual y operativa de los intereses centrales de un gobernador. Así de sencillo. La relación que se finca desde esos cargos, es tradicionalmente indestructible. Por eso, aunque declaren lo contrario, la gente de la política ve en el abanderado de Morena, un quirinista cuyo contacto real es el Gobernador y no el dicharachero del Palacio Nacional.
Por eso la decisión que será en unas horas o días conocida, se complica.
Porque el que va a tomar la decisión para los tres partidos para colmo de la suerte, es Quirino Ordaz. Punto.
Y eso reviste de importancia lo que de suyo es relevante, determinar la tricandidatura, acomodando las piezas para no perder la ligera ventaja que tiene la alianza de 31.4% sobre Morena de 30.3%, en este mes, de acuerdo con la empresa Demoscopia Digital. Resultados, que lo que verdaderamente reflejan es una competencia muy cerrada en el arranque. El margen de maniobra para salir librado de esa fiesta sin que se rompan vidrios, es muy bajo.
De modo que los nombres que tiene la baraja aliancista pueden hacer la diferencia. El mismo estudio en referencia señalaría que Jesús Valdés Palazuelos, actual presidente del PRI en el estado, superaría ligeramente a Rocha, con 28.9%, casi 29% contra los números del morenista que tiene 27.8%. El senador Mario Zamora está a 7.2 puntos debajo de Rocha. En ambos careos Sergio Torres tiene 4% y 10 %, respectivamente. Las combinaciones mueven preferencias.
Y falta saber que tanto López Obrador va a intervenir. Se supone que mucho. Para empezar, el INE le está estorbando para continuar desatando ataques contra sus opositores en abierto; al grado de que en la agenda del debate cotidiano se habla hasta de la desaparición del órgano electoral, algo que sería inmencionable en otro momento. Las brigadas de los “siervos de la nación” ya están siendo vacunadas para operar con toda libertad y salud en el drama electoral. El dinero público está del lado del partido oficial, sin lugar a dudas. López es un viejo priísta, rodeado de viejos priístas, que como muestra: Manuel Bartlet, son refractarios al respeto de la voluntad ajena, cual sea ésta, mucho más la que implique merma de su poder personal.
Entonces el dilema adquiere complejidad, porque se necesita no solo mantener la unidad de la alianza sino catapultarla ante los “imprevistos” ya anunciados, como sería la alianza de Morena, con el partido surgido de la ordeña de los recursos de la Universidad de Sinaloa. El Partido Sinaloense que representa a un solo individuo, que está señalado como Sosa en Hidalgo, y Padilla en Jalisco, del tipo de caciques de las universidades que han llevado a la inoperancia financiera a esas instituciones. La “estafa maestra” todavía da para más, en las conveniencias e inconveniencias del régimen dizque anticorrupción que padecemos. Incluso, el mando local si quiere, alinea a los inventos que antes les servían para desequilibrar a los antiguos adversarios, y ahora no saben que hacer con ellos.
Pero en la definición una de las señales es que el candidato sea militante del PRI. El único que era de fuera, no se inscribió: Alfonso Mejía, a quien le faltó asesoría política; por lo que la lista se ha convertido en una quinteta: la encabeza el propio Jesús Valdés, muy conocido; le sigue Javier Lizárraga Mercado, el secretario de Desarrollo Económico, una carta con buenos ojos entre los empresarios; Alfredo Villegas, quien era secretario particular del exgobernador Jesús Aguilar y hacía mancuerna con Rubén Rocha cuando también era jefe de asesores de Aguilar; el senador Mario Zamora, trae la recomendación de los dinosaurios opositores en el Senado; y finalmente Gonzalo Gómez flores, el Secretario de Gobierno, eficaz, callado, capaz, que pudiera ser un caballo negro, que podría ser factor de unidad, en momentos en los que cada voto cuenta.
Así que Quirino, la tiene en chino, tiene casi, por decirlo con precisión, toda la baraja, hasta los de la chiquillada, los partiditos, no escaparían a sus tentáculos.
Hay que mencionar que las condiciones de Sinaloa son menos graves respecto de otros, de acuerdo al estudio “Perspectivas de México en 2021” de Federico Reyes Heroles, la economía local solo cayó el -15%, mientras que en Baja Sur llegó al -42 %, pero de todas maneras, menos quince es mucho. A nivel nacional, la inversión nacional se desplomó hasta un -33% la peor caída en 25 años. Y la pobreza laboral del país, brincó en el 2020, un 44.5%. Un tremendo golpe al ingreso real. Salva al estado que las exportaciones agrícolas de las cuales Sinaloa es uno de los punteros subió a nivel nacional en más de 26 mil millones de dólares, sin ningún apoyo al campo de parte del gobierno federal, pero esos datos no abonan a la perspectiva, que es incierta porque López la trae en contra de los comercializadores agrícolas.
Así que lo político es crucial, empieza el juego fuerte. Por lo menos se ven en Sinaloa prospectos de calidad, que en otros lugares no existen. Y eso que no incluí a féminas que también destacan, comenzando con la esposa del hombre de la decisión, porque sería una apuesta que derrumbaría los cimientos del machismo político y creo que prefieren pensarlo.