Ah-Muán Iruegas
A la memoria de Mario Sergio Iruegas
Ser de izquierda, no le quita a nadie lo ratero. La familia del señor presidente (según él, muy de izquierdas) robó y traficó con sus influencias para hacerse, al menos, de 300 millones de pesos.
Así se roba en la izquierda mexicana. Es lo bueno de “luchar por los pobres”.
Inicialmente, AMLO puso a robar a su hermano Pío, otro “luchador”. Pero al señor Pío López Obrador, lo filmaron robando en compañía de un enviado del gobierno de Chiapas.
No es sólo AMLO el que se está robando el dinero público. Su desvergüenza lo llevó a meter a su propio hermano a robar para él. Allí están las pruebas, allí están los videos.
Y el que roba una vez, roba dos.
Pero muy digno, Pío exigió a las autoridades que metan en la cárcel a quien lo exhibió en video cometiendo delitos electorales: el periodista Carlos Loret.
¿No es Pío el que acabará en la cárcel? Pío no entrará tras las rejas, según nuestros cálculos… durante los próximos cuatro años.
Pues cuando acabe el sexenio actual, Pío tiene altas probabilidades de ser un nuevo Raúl Salinas de Gortari. Y de actuar de nuevo en video… desde prisión.
Así es que, Don Pío, póngase a reír y a gozar mientras pueda. Porque le pueden echar el guante, no solo a usted sino también a su apreciable familia.
El segundo desfalco, lo cometió otro miembro distinguido de la familia Obrador: la prima del señor presidente, Felipa Obrador. Ahora que su primo tiene silla, ella obtuvo de Pemex un contrato por más de 300 millones de pesos. Suma que ella no había visto nunca, ni en sus sueños más izquierdistas.
Pero se le apareció la “virgen Morena”. Y se le apareció con trescientos millones en el ayate.
¿O sea que en la 4T les quitaron los contratos a las trasnacionales petroleras, para robarse el numerario resultante ustedes mismos?
Igual se robaron en Morena el dinero del temblor de 2017, en su fideicomiso “Por los demás” donde firmaba Elena Poniatowska y otros incautos de izquierda pseudo socialistas, que fueron usados por un grupo de ladrones para subirse a la silla.
Pero ahora, esos “de izquierda” también son cómplices. También pueden entrar a prisión y también pueden reír y gozar sólo cuatro años más. Después, vendrá la venganza contra los obradoristas.
Pues ¿cree usted que los obradoristas sólo van a robar dos años? No, porque “no son iguales”, sino que “tienen principios y tienen ideales” y eso purifica todos sus ilícitos.
AMLO puso a robar a su hermano, para satisfacer sus ansias de encaramarse sobre la silla presidencial. Y después se transformó en otro, así como se transformó otro izquierdista, Fidel Castro, que embaucó a los cubanos y primero les dijo que iba a organizar unas elecciones y después se quedó 40 años en el poder mediante tres medidas: pasar de ser “lustrabotas de USA” a ser lustrabotas de los rusos, dividir al pueblo cubano en dos (una parte en Cuba y otra en Miami) y nombrar Director del Banco de Cuba a un semianalfabeta en cuestiones económicas: el Ché Guevara.
Con esos 3 sencillos pasos, el pueblo cubano pasó de ser pobre, como antes de la revolución, a ser un pueblo miserable -como lo es hoy-.
Por su parte, “nuestro” Andy ya logró que 10 millones de mexicanos, se volvieran pobres en solo dos años.
Pero eso no es todo. Hace unas semanas, la prensa nacional ha informado otra noticia:
No conformes con la inolvidable presentación en sociedad de Pío, el hermano del presidente recibiendo “en la bolsa” un dinerito -en video-, la familia López Obrador ha decidido enviar a otro de sus miembros a “hacer historia”.
Es decir, a Pío ya le salió otro hermanito que también nos va a venir a salvar.
El señor José Ramiro López Obrador renunció a su cargo en la subsecretaría de Asuntos Fronterizos, Migrantes y Derechos Humanos del gobierno del Estado de Tabasco. Esto, con el objetivo de competir en las elecciones de 2021.
¡Qué emoción, la familia entera viene a rescatarnos!
Al principio era un hombre y un nombre: Andrés Manuel. Luego vino Pío, con un talento para traficar influencias y “bolsas de papel” tan extenso como su nombre, pues lo sorprendieron en la primera de sus “escenitas”.
Y ahora aparece José Ramiro, de plumaje semejante a los otros dos adalides.
No sé si el lector acaso recuerda a los hermanos Bribiesca, hijos de la Primera Dama, Marta Sahagún de Fox. Pues bien, el caso de Pío y sus hermanos pinta muy parecidos a unos y otros. Aunque, desde luego “no somos iguales” (?).
Pero Pío no se queda con la mejor parte. Pío reparte y es un niño que comparte. No es díscolo ni envidioso con sus hermanos, ni con los operadores del Partido Verde Ecologista de México.
Por su parte, Felipa, José Ramiro y Pío van a “sacar de pobres”… a toda la flota de López Obrador. Si no es que a todo su vecindario, sus compañeros de partido y de banca, en la escuela.
El señor presidente, aunque no lo crean, siempre está pensando en nosotros, pero el resultado –por el momento- solo lo ven sus hermanos.
No obstante, surge la duda: ¿sólo son tres los hermanos López Obrador que han venido a traernos la buena ventura? ¿o hay más hermanitos por allí?
Porque para eso es el presupuesto nacional: para mantener parásitos.
Estamos ante un equipo, una camada de Mesías profesionales que han venido a redimirnos, todos tabasqueños, todos tropicales y todos una familia cada vez más feliz de serlo: la familia Obrador.
Hasta yo quiero emparentar con ustedes. ¿No habría modo de que me adopten en la familia Obrador?
¡Yo también quiero “hacer historia” con ustedes! !Para luchar por los pobres!