México.- En el Gobierno de México hay un firme compromiso de fortalecer los trabajos y acciones en las zonas áridas y semiáridas del país, a través de la conservación y manejo adecuado del agua y suelo, con el fin de garantizar una mayor producción de alimentos y generar el bienestar de sus productores, afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.
En el marco del 50 Aniversario de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), indicó que este organismo tiene la tarea de promover el desarrollo de las zonas áridas y semiáridas de país y contrarrestar el proceso de desertificación, a través del manejo de prácticas sustentables en la conservación del suelo, agua y cubierta vegetal, con un enfoque integral, preventivo y productivo.
Precisó que la problemática que se enfrenta en estas zonas y sus grados de complejidad se han acentuado en las últimas décadas, y son altamente vulnerables por los procesos de desertificación, crecimiento poblacional, cambio climático, sobreexplotación de los recursos y un manejo inadecuado de sus riquezas naturales, principalmente, suelo, agua y vegetación.
Indicó que para atender la diversidad de suelos del país se realiza un trabajo de coordinación para su estudio y análisis, con el objetivo de aplicar prácticas más adecuadas en su manejo, por lo que se debe respetar y rescatar a este elemento igual como se cuidan el agua y los alimentos.
La Conaza durante 50 años de existencia ha trabajado en temas ligados al cómo hacer un uso más responsable del agua e impulsar una agricultura y una ganadería que permitan el cuidado del suelo, mediante la realización de obras hidroagrícolas y acompañamiento técnico, apuntó el titular de Agricultura.
Villalobos Arámbula aseguró que este trabajo es reconocido y ha logrado revertir el proceso de degradación del suelo y de la pobreza en estas zonas.
Se ha conseguido, abundó, mediante el trabajo integral para revertir los malos manejos en el cuidado del agua y suelos en el país, y el impulso de actividades productivas para la producción de alimentos y acciones tendientes a mejorar las condiciones de vida de la sociedad rural.
Para proponer alternativas de desarrollo sostenible en estas zonas, dijo, es fundamental comprender primero los procesos naturales relacionados con el recurso agua, suelo y clima, así como la situación social, económica y las complejas interacciones, partiendo de que las zonas áridas reciben una precipitación pluvial media anual menor a 350 milímetros y las semiáridas entre 350 y 600 milímetros anuales.
En ambas zonas la precipitación promedio anual es menor a la evaporación máxima, lo que evidencia su permanente déficit hídrico, vulnerabilidad y persistencia de eventos climáticos extremos, como sequía, intensas olas de calor y fuertes vientos, refirió.
Entre las consecuencias de estos eventos extremos, agregó el secretario Villalobos Arámbula, se encuentran el de mayor frecuencia y magnitud de incendios forestales, incidencia de plagas y enfermedades agrícolas y forestales, pérdida de cosechas y cabezas de ganado, escasez de forraje y presencia de inundaciones.
Además de la limitada disponibilidad de agua, el potencial productivo del suelo depende de su capacidad de retención del recurso hídrico, de su textura, profundidad y contenido de materia orgánica y de los nutrientes, temas en los que actualmente operan programas de conservación y manejo adecuado del suelo para la producción de alimentos y fortalecer la seguridad alimentaria, enfatizó.
El director general de la Conaza, Ramón Sandoval Noriega, aseguró que este organismo descentralizado de Agricultura es promotor del desarrollo para mejorar el bienestar social y el nivel de vida de sus pobladores, mediante la realización de obras hidráulicas, acompañamiento técnico y paquetes tecnológicos, lo que permite potenciar la producción agrícola de especies nativas.
Enumeró programas y proyectos de la Comisión, como el Ixtlero, enfocado en la conservación del suelo y cubierta vegetal, y destacó además el desarrollo de obras hidráulicas para la captación, almacenamiento y distribución de agua, e infraestructura productiva enfocada a conservar, mantener y explotar de forma racional los recursos y el desarrollo de proyectos que favorecen la conservación del suelo, agua y cubierta vegetal.
Subrayó que el compromiso actual de la Conaza está en mejorar las condiciones de vida de la población de las áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, a través de acciones que permitan la rehabilitación de zonas afectadas por la degradación, desertificación y sequía, con medidas de mitigación del cambio climático que contribuyan al desarrollo económico, social y ambiental de estas regiones.
El rector de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Mario Ernesto Vázquez Badillo, refirió que de los 200 proyectos de investigación que realizan, 47 están ligados a cubrir alguna problemática de las zonas áridas y semiáridas, con el trabajo de especies propias de la región como candelilla, fibra de lechuguilla y de cortadillo, orégano, gobernadora, jojoba, palo fierro, damiana y mezquite, entre otros.
Enunció también programas de investigación que impactan en el desarrollo de estas zonas, como el mejoramiento genético en pastos, cultivos básicos, arbustos forrajeros y especies industrializadas; el manejo de cuencas; uso y conservación de agua; manejo de agostaderos y aprovechamiento de especies silvestres, entre otros.
El rector de la Universidad Autónoma Chapingo, José Solís Ramírez, precisó que entre el 37 y 47 por ciento de la superficie de la tierra continental son secas, con mayor presencia en el norte de África, y uno de cada tres habitantes del planeta vive en las zonas áridas.
Estas áreas albergan alrededor del 50 por ciento del ganado y el 44 por ciento de las tierras agrícolas del mundo, de ahí la importancia de su atención y cuidado, indicó durante su ponencia Los recursos naturales de las zonas áridas y semiáridas de México: importancia y aprovechamiento.
En México, citó, poco más del 50 por ciento de su superficie es zona árida y semiárida; sin embargo, añadió, en estas áreas están el 86 por ciento de la población, generando alrededor de 84 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y sólo cuenta con el 28 por ciento del agua disponible a nivel nacional.
Además, relató, se identifican especies de mayor interés comercial: candelilla, lechuguilla, sotol, orégano, mezquite, palo fierro, jojoba, palma samadoca, maguey, nopal, agave, cactáceas, yucas y cortadillo, y en estas zonas se producen cuatro de cada diez litros de leche a escala nacional.
Con información de SADER