La Asociación de Bancos de México (ABM) consideró que la iniciativa de reforma a la Ley del Banco de México, que se debate en la Cámara de Diputados, es un riesgo elevado e innecesario para la estabilidad del sistema financiero nacional.
En un comunicado detalló que la iniciativa incrementa el riesgo de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo en el sistema financiero mexicano y lo transfiere al Banco de México, “pilar de la estabilidad macroeconómica”.
Enfatizó que la modificación a la Ley del Banco de México dañaría la confianza internacional ganada a través de muchos años por el Banco de México y por la banca mexicana, provocando efectos adversos en la economía nacional.
“La autonomía del Banco de México es una de las mayores fortalezas conseguidas por el país. La debemos cuidar y evitar que cambios en su operación la demeriten”, indicó.
La ABM hizo un llamado a que la iniciativa se discuta ampliamente antes de ser votada, y se enriquezca con la opinión de expertos y las propuestas del propio Instituto Central.
“Reconocemos que es legítimo atender a la brevedad posible los problemas de operación que una acotada parte de la población aún encuentra al cambiar sus ingresos en dólares obtenidos legalmente a moneda nacional”, refirió en el documento.
La ABM alertó que la iniciativa de reforma a la Ley del Banco de México pone en grave riesgo al conjunto del sistema financiero mexicano.
Precisó que la solidez del sistema financiero mexicano se ha conseguido gracias a la autonomía del Banco de México, un régimen de tipo de cambio libre, la disciplina fiscal a través de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la certificación de los criterios de capitalización y liquidez de Basilea III, así como la adopción de normas estrictas de prevención de lavado de dinero y de financiamiento al terrorismo.
“Gracias a estos cambios el sistema financiero mexicano goza de la confianza del sistema financiero internacional”, resaltó.
Señaló que obligar al banco central a actuar como comprador de última instancia de moneda extranjera en efectivo, aunque estas provengan de instituciones del propio sistema financiero, atenta contra su autonomía.
“Adicionalmente, podría aumentar el riesgo percibido para Banco de México por la comunidad financiera internacional, y por extensión a todo el sistema financiero mexicano”, advirtió.
También, refirió que como consecuencia habría un impacto negativo en varias de las operaciones financieras que se realizan con el exterior, como son el manejo de las reservas internacionales, las líneas de crédito y financiamiento para cualquier entidad nacional, incluido el gobierno federal, y la custodia de activos internacionales entre otras.
“Apenas el 1 por ciento de las remesas que reciben las familias mexicanas son en efectivo (295 MDD en 2019, de acuerdo con cifras del Banco de México), y más del 99 por ciento se lleva a cabo vía transferencia electrónica (30 mil MDD); las remesadoras entregan el dinero en pesos mexicanos a quienes las reciben”, acotó.
Por dicho motivo, añadió, casi la totalidad de los mexicanos que reciben remesas tienen resuelto su proceso operativo de manera eficiente y segura.
Urgió que a la brevedad posible todos los actores involucrados encuentren una mecánica dentro del marco legal y regulatorio que permita ingresar dólares en efectivo, que puedan cambiarse a precios competitivos en un sistema financiero que se mantenga seguro, bien regulado y protegido.
a ABM se sumó a la propuesta de un debate profundo y consensuado.
“La gravedad de los riesgos asociados a la iniciativa a debate en la Cámara de Diputados exige una discusión profunda, que considere las opciones disponibles, reconozca las posiciones existentes y evalúe los logros alcanzados”, destacó.
Concluyó que con el fin de lograr una reforma consensuada y eficaz, que cumpla con los objetivos sociales de la iniciativa, se mantenga la buena reputación, la fortaleza y la estabilidad del sistema financiero.