El papa Francisco ha aprobado nuevos estatutos para Autoridad de Información Financiera (AIF), organismo vaticano instituido para la lucha contra el lavado de dinero, y ha añadido a su nombre el término “supervisión“, informó la Santa Sede en un comunicado.
A partir de ahora el organismo -creado en diciembre de 2010 por Benedicto XVI– pasa a llamarse Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), tendrá una reorganización de los roles en la presidencia y en la dirección y contará con una nueva unidad dedicada a Regulación y Asuntos Legales.
Estas modificaciones, escritas por Jorge Bergoglio en un quirógrafo con fecha de 5 de diciembre, se enmarcan en “la reforma general que el papa Francisco está llevando a cabo para la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano en lo que respecta a la transparencia y el fortalecimiento de los controles en la esfera económico-financiera”, explica el presidente de ASIF, Carmelo Barbagallo, en una entrevista con el portal de noticias Vatican News.
Barbagallo indica que el término “supervisión” “permite alinear el nombre de la Autoridad con las tareas que le son asignadas”, pues, “además de su función original de inteligencia y lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo”, desde 2013 ejerce “funciones de regulación y supervisión de tipo ‘prudencial’ de los organismos que prestan servicios financieros sobre una base profesional de facto en el IOR (el banco vaticano)”.
Los nuevos estatutos confirman el rol de gobierno del Consejo, fomentan la capacidad propositiva del presidente en la elaboración de la estrategia de la autoridad y consolidan el papel de la dirección para garantizar la eficacia y la eficiencia operacional.
Otra novedad es que, a partir de ahora, ASIF tendrá que proceder según las normas de los órganos de la Curia Romana a través de la Comisión Independiente de Evaluación para la contratación de personal laico de la Sede Apostólica (CIVA), una decisión que “contribuye a reforzar la independencia de la Autoridad en el ejercicio de sus importantes prerrogativas” y evita el riesgo de arbitrariedad, afirmó Barbagallo.
EFE