¡42 minutos! ¿Nada nuevo que informar?

Ernesto Zavaleta

Ernesto Zavaleta.

San Lázaro seguro que no pocos de los 80 invitados se arrepintieron de apartar este día en su agenda para un no informe del mandatario mexicano, sobre todo quienes no inclinan la cabeza al paso del presidente. 37 mil mentiras y sumando. Es cuanto.

Solo hubo una sorpresa en el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador que dio con motivo del segundo aniversario del inicio de su gobierno, fue el más corto en Palacio Nacional desde que llegó a la presidencia.

42 minutos tardó el jefe del Ejecutivo en enumerar sus logros y pendientes de dos años de su gobierno.

Si, 42 minutos, con todo y las cinco interrupciones para aplausos.

El presidente demostró que tenía prisa en terminar para dejar el foro a su “científico” Hugo López Gatell, quien lleva su propio record de conferencias, verdades a medias y mentiras en la estrategia y cifras de la pandemia.

López Obrador, el maestro de la pausa; el experto en alargar palabras y frases; el orador conocido por sus referencias históricas, muchas veces fuera de contexto; el presidente que más usa lugares comunes y palabras llenas de ironía, ocupó 42 minutos para dar un mensaje a la nación por su segundo año en el poder.

La intervención más corta de todos sus discursos y conferencias en Palacio Nacional. Ninguna de las mañaneras se acerca siquiera a ese despliegue de síntesis y brevedad.

Seguro Andrés Manuel López Obrador dará un mensaje con motivo de la navidad y el fin de año, pero el de ayer fue el último discurso de este año en un foro formal; frente a invitados que representan el poder económico y político del país; con el uso total de su investidura como Jefe del Estado Mexicano, previo al año electoral con los comicios más grandes en la historia de la democracia en México, como será el 2021.

Aun así sólo duró 42 minutos…

Fue uno más de los discursos presidenciales que no se salieron del guion conocido, con las mismas becas, las mismas pensiones, las mismas reformas, el mismo combate a la corrupción, que en dos años es lo mismo, buenos deseos y promesas. Tal como se mencionó ayer en este espacio.

Como se esperaba habló del impacto en la pandemia, daños al país minimizados por su inexplicable y personal optimismo.

La brevedad del discurso no le impidió al mandatario seguir sumando medias verdades y mentiras a las 37 mil contabilizadas hasta el día previo a su segundo aniversario.

“En vez en quedarnos con los brazos cruzados, decidimos enfrentar, tanto la crisis sanitaria como la económica, con entrega, eficacia y con estrategias no convencionales que nos han permitido ir saliendo poco a poco de la adversidad por el bien del pueblo y de nuestra nación”, dijo.

Llegó a 37 mil una.

Tal como se esperaba no faltaron las referencia a la herencia maldita del neoliberalismo, y a la reiterada afirmación de que ya nada “es como antes”.

Y aseveró al inicio de su intervención que “…Hoy, cuando cumplimos dos años de gobierno, puedo sostener, con hechos y en honor a la verdad, que hemos avanzando en nuestro objetivo de transformar a México”.

Treinta y siete mil dos, 37 mil tres…

Si, con hechos, demostrados con “sus datos”, con sus reformas, con la marcha atrás de la “mal llamada Reforma educativa”, con la defensa política, financiera y económicamente inexplicable de Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y sus mega obras: Tren Maya, Aeropuerto de santa Lucía y refinería de dos Bocas.

Así se esperaba, nada que agregar a dos años de gobierno con su filosofía de Austeridad Republicana y combate a la corrupción que, dice, han generado un ahorro al país de un billón 300 mil millones de pesos, pero ahora sólo ocupó 42 minutos para profetizar el milagro de la Cuarta Transformación.

Y llegamos a la mentira 37 mil cuatro, 37 mil cinco, 37 mil seis…

“Hemos ahorrado en dos años un billón 300 mil millones de pesos en compras y contratos, reduciendo al mínimo el robo de combustible, el llamado huachicol, disminuyendo drásticamente la defraudación fiscal y otras malas prácticas dañinas que proliferaban en la hacienda pública en el antiguo régimen”.

Además “La austeridad y la cancelación de fideicomisos y fondos que se manejaban de manera discrecional, deshonesta y en beneficio de minorías también nos ha permitido liberar más presupuesto en beneficio del pueblo”.

No dejó de mencionar los apoyos a la economía fronteriza, norte y ahora sur; la política ecológico de su gobierno representada por ¡parques ecológicos! en el Bosque de Chapultepec y el Lago de Texcoco; el buen manejo de la pandemia en el aspecto sanitario aunque…

“Por desgracia esta terrible enfermedad ha causado la muerte de más de 100 mil personas, a quienes recordaremos siempre con afecto y cariño…”

Hay un registro de las peores tasas de crecimiento económico con caídas del PIB y de inversiones históricas; su sexenio es el más violento de los últimos 30 años; hay 10 millones de mexicanos más en pobreza extrema; y vamos a “recordar con cariño” a 106 mil mexicanas y mexicanos de todas las edades y extractos sociales víctimas del Covid 19, más los que se agregan día a día.

Sin embargo el presidente aseguró frente a la nación que:

“De 100 compromisos presentados hace dos años en el Zócalo hemos cumplido 97, sólo están pendientes o en proceso tres: descentralizar el gobierno federal, impulsar el desarrollo de fuentes de energías renovables mediante la rehabilitación de las hidroeléctricas y conocer la verdad acerca de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa”.

Y contando, 37 mil siete…

Sin tomar en cuenta los otros 97 compromisos “cumplidos”, no sólo no descentraliza al gobierno, cada día fortalece un estado de un solo hombre; desarrollar energías limpias o renovables no puede estar más lejos de la realidad de su política en la materia.

Y lo que más alarma, López Obrador está preocupado por encontrar a los 43 normalistas, los otros 61 mil 637 desaparecidos no importan, aunque el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, admita que hay un 54% más desaparecidos que  los 40.000 reportados hasta 2018. Y sigue en aumento.

Y se atreve a decir:

“No les he fallado y no les fallaré. Sigamos todos promoviendo el bien, enalteciendo a nuestra patria y haciendo historia”.

Llegamos a 37 mil ocho.

Para cerrar, como no, otros datos:

“En la última encuesta, porque yo tengo otro dato, el 71 por ciento de los mexicanos, 71 por ciento de los ciudadanos mexicanos, desean que sigamos gobernando y con eso tenemos. Eso es lo fundamental, el apoyo de la mayoría del pueblo. Como decía el presidente Juárez: ‘Con el pueblo todo sin el pueblo nada’.

Con todas esas consideraciones, sin un plan de acción, una política de gobierno, una estrategia… 42 minutos fueron para decir nada. ¿Por eso la prisa?

San Lázaro ¿de dónde sacará sus encuestas y datos el presidente? seguro de las cabezas que se inclinan a la presencia del profeta.

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