Nueva York.- La pandemia de COVID-19 empuja a las personas en los márgenes de la sociedad hacia la esclavitud, el tráfico y la explotación sexual, y los gobiernos tienen que hacer más para protegerlos, aseguran expertos en derechos humanos.
Los trabajadores en países pobres y emergentes se han visto desproporcionadamente afectados por la pandemia. La pérdida de empleo, ingresos y tierras afecta sobre todo a grupos que ya sufrían discriminación, como las mujeres, migrantes, indígenas, personas con discapacidad, minorías, refugiados.
Los relatores de la ONU dicen que estos grupos deben estar en el centro de las respuestas de los Estados y las empresas ya que, si no reciben apoyo, corren serios riesgos de caer en redes de tráfico de personas, esclavitud y explotación sexual.
“Estamos preocupados de que estas prácticas están aumentando en los últimos meses”, dicen y en algunos casos “las víctimas son sometidas a malos tratos, tortura e incluso desaparecen”.
Con información de la ONU