México.-Uno de los temores de la mayoría de los papás y las mamás es que nuestro hijo duerma de forma segura durante los primeros meses, sobre todo cuando es diagnosticado con reflujo.
Sin embargo, existen algunos consejos como los que brinda la American Academy of Pediatrics (AAP) para los bebés con reflujo, que seguramente no sólo mantendrán seguro a nuestro hijo, sino que nos darán tranquilidad a los padres.
1. Acomódalo boca arriba
Existe una preocupación general de que los niños se asfixien con su propio vómito al dormir boca arriba, sin embargo esto es un mito, ya que los bebés tosen o tragan automáticamente el líquido que regurgitan por un reflejo natural que tienen. Incluso, esta posición es una de las más recomendadas para prevenir la muertes de cuna
2. No dejes que duerma tu bebé en sillas de autos por mucho tiempo
Si sales de viaje, ajusta adecuadamente el arnés de la silla del auto o el portabebé porque si lo llevas sin amarrar aumenta el riesgo de asfixia posicional.
Además, si tu bebé se quedó dormido en la silla del auto o en el portabebé, lo ideal es que cuando llegues a un lugar fijo lo acuestes en una superficie firme y plana, boca arriba.
3. Evita el uso de accesorios
Actualmente están de moda los accesorios que “ayudan” al tratamiento del reflujo, pero no es así. Las cuñas o almohadones que manejan posiciones para dormir no son necesarios y pueden ser peligrosos al aumentar el riesgo de asfixia; las posiciones semi inclinadas no mejoran la condición de reflujo del bebé.
Por ejemplo, lo ideal es reducir el uso de accesorios que mantenga elevada la cabecera de la cuna, porque aumenta el riesgo de que el bebé ruede hacia los pies de la cama o se coloque en una posición que le dificulte respirar o pueden terminar boca abajo contra el cojín.
4. Dile sí al porteo
Ayuda considerablemente para reducir el reflujo. En fular o rebozo el bebé está en una posición vertical y ergonómica lo cual ayuda a que no se le suban los jugos gástricos al esófago.
¿Reflujo o regurgitación normal?
Es raro que el reflujo gastroesofágico se desarrolle en bebés, y muchas veces suele confundirse con la regurgitación normal que se presenta durante los primeros meses de vida de los bebés.
Aunque no deja de preocuparte como mamá o papá, ¿sabías que esta regurgitación es más benéfica de lo que te imaginas?
De acuerdo con la Guía para la Lactancia Materna del doctor Jack Newman, miembro del Panel de Asesores Profesionales de La Leche League International, cuando los bebés regurgitan la leche materna están protegiendo su sistema digestivo y respiratorio (porque muchas veces pasa la leche por las vías nasales al subir).
¿Cómo es eso posible? El especialista explica que la leche materna está llena de nutrientes, enzimas y hormonas que interactúan entre sí para proteger al bebé de bacterias, virus y microorganismos.
Cuando el bebé regurgita esta leche materna lo que está haciendo es actuar como una capa protectora para las membranas mucosas que recubren el tracto respiratorio (garganta, nariz), el intestino y otras zonas.
Esta barrera que se forma con el tiempo (y con las regurgitaciones) evita que los microorganismos entren al cuerpo y desarrollen enfermedades.
“Cuando un bebé regurgita recibe doble protección: primero cuando la leche baja al estómago y después cuando la regurgita”, señala el doctor Newman.
Estas regurgitaciones disminuirán conforme crezca el bebé y desaparecerá cuando madure su sistema digestivo.