Rescatan legado arquitectónico; la casa Rivas Mercado busca retomar los recorridos

Mexico.-La historia de la familia Rivas Mercado está más allá del suicidio de Antonieta, en la Catedral de Notre Dame, y de su agonía en un hospital público, sino en la huella que ella y su padre dejaron en el corazón de la cultura y el mecenazgo de México.

Se puede citar desde el apoyo a Diego Rivera, el impulso a la fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional y hasta el legado de una casa, ubicada en Héroes 45, en la colonia Guerrero, en la que don Antonio diseñó el símbolo de la Ciudad de México: la Columna de la Independencia.

 

Esta historia es recuperada por la socióloga y promotora cultural Ana Lilia Cepeda en el libro La casa Rivas Mercado. Una historia detrás de la historia, con el que intenta recaudar fondos para el mantenimiento de dicho inmueble, restaurado en 2017, aunque actualmente carece de fondos públicos para su manutención.

Además, adelanta que ya se piensa en la segunda etapa de recuperación de la casa, y que se alista su reapertura a visitas programadas de 10 personas, a partir del primer día de diciembre, luego de que permaneciera cerrada desde que inició la contingencia por la pandemia.

Tendremos una segunda etapa que consistirá en la reconstrucción del jardín, pero para eso necesitaremos una recaudación que nos permita tener algunos fondos”, explicó en entrevista, “ya que tenemos un terreno aledaño que fue parte de la casa Rivas Mercado”.

Y agregó: “Aún no lo hemos anunciado, pero ya demolimos lo que estaba construido en ese espacio y ahorita, con mucho esfuerzo, estamos quitando el cascajo. Queremos hacer un jardín, con talleres para niños de los alrededores”.

¿Qué más queda pendiente de recuperar?, se le pregunta. “El jardín será la segunda etapa, pero también queremos recrear algunas habitaciones de la casa y reponer el amueblado, con  mobiliario de época”.

¿Cuántos visitantes tuvo en 2019? “Cerca de 10 mil personas, aunque en este año ha sido complicado por la pandemia y ha sido heroico su mantenimiento”.

¿Qué otros espacios podrían recuperarse en esta zona? “Por ejemplo, la iglesia de San Fernando y la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, ambas afectadas por los sismos de 2017, y la Escuela Belisario Domínguez, considerada la primera escuela modelo de José Vasconcelos, entre otros inmuebles de gran valor”.

Por ahora, el edificio pertenece a la Ciudad de México, aunque está en comodato, desde 2006, con la Fundación Conmemoraciones.

 

QUEMA DE LIBROS

 

Cepeda explica que en La casa Rivas Mercado. Una historia detrás de la historia no sólo recupera la semblanza de la casa Rivas Mercado, sino también a sus personajes y la leyenda de una familia que revolucionó el arte y la cultura de una época.

El volumen se divide en dos partes. En la primera evoca la historia de la familia, como cuando Antonieta vio arder sus libros bajo la rabia de su marido, tal como lo anotó en su diario:

Anoche quemó mis libros. Una hoguera. Así quemarían a las brujas. France, Remy de Gourmont, Baudelaire, mi Verlaine, los preferidos, los que había yo mandado a empastar. Estaban tan bonitos. No sabe francés, yo se lo estaba enseñando, así que no los puede leer y, sin embargo, dice que son perniciosos, que lo francés está podrido y que corrompe”, anotó la propia Antonieta Rivas Mercado.

 

Ya me había torturado infinitamente hasta exprimirme los huesos, cuando me obligó a traerlos a brazadas. Los amontonó en el jardín, mis libros míos, y les prendió fuego. El papel cerrado no ardía, entonces los deshojó, los rasgó. Yo me quise ir. ‘Quédate, anda, quédate’, me decía, ‘míralos arder. Qué bonito, qué bonito infierno’”, anota.

¿Por qué es importante mantener en pie esta casa?, se le inquiere a Cepeda. “Es importante porque vivió el porfiriato, el apogeo de las fiestas del centenario, sobrevivió a la Revolución Mexicana y vivió la reconstrucción del México moderno y contemporáneo.

“Es una casa que se puede ver desde muchos ángulos y que te lleva a lo largo de varios periodos de la historia de México. Además, es un icono para la colonia Guerrero y para la Ciudad de México, porque ahí se diseñó la Columna de la Independencia”.

 

HERENCIAS

 

Cepeda también habla de su contacto con la escritora y periodista Kathryn S. Blair, autora de A la sombra del ángel, quien fuera esposa de Donald Antonio Blair Rivas Mercado, único hijo de Antonieta.

También sostuvo comunicación con Florina Sosa, la última habitante de esta mítica casa, vendida por Alicia Rivas Mercado a su padre, quien la convertiría en el Instituto Washington, durante los años 40, lugar donde estudiaría Silvia Pinal.

A partir de dicho encuentro, Cepeda logró corregir algunos detalles desconocidos sobre la casa. Por ejemplo, se creía que una parte de la casa se había caído a causa de un cañonazo durante la Decena Trágica, lo cual terminó por ser una leyenda, dado que esos daños fueron producto del terremoto de 1985.

Además, obtuvo los planos más antiguos del inmueble, con lo cual se pudo desentrañar cada habitación.

Un detalle más que logró comprender es por qué la boda entre Antonieta y Albert Edward Blair fue en una pequeña ceremonia en la casa familiar.

Coincide con la pandemia que vivimos, porque en 1918 fue la influenza española que azotó a México y el mundo”.

En resumen, “la casa Rivas Mercado no sólo es una arquitectura audaz y ecléctica, con mil 570 metros cuadrados de construcción, sino un viaje entre épocas”, concluye.

 

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