Rubén Cortés.
¿Qué habrá sido de ella? Aunque veneciana, no era esnob. Y aunque era de izquierdas, no le gustaba el caviar. Mientras cruzaba las piernas, que eran hermosísimas, decía que era “revolucionaria”. E inmediatamente añadía sonriendo: “Como todo el mundo”.
Así termina la historia Elio y Ginetta Vittorini, que incluye Jean Daniel (uno de los intelectuales franceses más influyentes en los debates de la izquierda europea en el siglo XX) en Los míos, uno de sus últimos libros, que tiene prefacio de Milan Kundera.
A esos izquierdistas de mentira, sólo para el graderío “como todo el mundo”, recuerda el pleito público del izquierdista John Ackerman contra Sabina Berman, quien llamó ladrón al consejero del actual presidente y esposo de una secretaria de Estado.
“La 4T no es tu licencia personal para robar y atropellar”, le dijo Berman.
Otro intelectual europeo, el periodista italiano Indro Montanelli, llama a estos izquierdistas “radical chic”, porque viven alejados de los problemas del ciudadano y sólo leen diarios de “izquierda” en sus caros departamentos o tomando martinis en playas privadas.
Ackerman y su esposa recibieron un terreno de seis millones de pesos como regalo, cuando otro izquierdista gobernaba la CDMX, el actual canciller; además de que son dueños de otras cinco propiedades adquiridas en tan solo nueve años.
Compraron de contado las ultimas cinco propiedades (valoradas en más de 60 millones de pesos) cuando ambos se desempeñaban como académicos de la UNAM, donde los sueldos son de unos 28 mil pesos.
Pero la esposa, Irma Eréndira Sandoval, dice que “tendríamos que hablar de una nueva moralidad en los salarios de las empresas privadas, una nueva ética pública, que los salarios reflejen justicia social”.
Sin embargo, un hermano de ella (hasta hace poco superdelegado gubernamental en Guerrero) ocultó en la declaración patrimonial (que debió hacer como funcionario público) una finca comprada en el balneario de Acapulco, sin explicar cómo la adquirió ni en cuánto.
Al calor del pleito con Ackerman, Sabina Berman tuiteó:
“Te reitero: el programa del Canal Once no es tuyo, sino del país, y yo cumpliré con honor mi contrato. Agrego también lo que ya te dijeron en otras partes: la 4T no es tu licencia personal para robar y atropellar, aprende a comportarte según acuerdos y contratos –y cordialidad”.
Destaca la afirmación “licencia personal para robar”, pues el dinero siempre anda alrededor de esta “radical chic” que rotuló Indro Montanelli. Por ejemplo, Yeidckol Polevnsky escribió en Twitter: “Apresurémonos amigos a terminar la revolución”.
Y el propio partido gobernante, del cual ella fue la jefa durante la campaña presidencial pasada, la investigó por pagarle 900 millones de pesos del partido a una empresa vinculada a sus hijos.
Pues sí, izquierda radical chic con justicia social.