Rubén Cortés.
La victoria de Biden es ideal para el presidente mexicano, defensor confeso del socialismo del siglo XXI y su guía espiritual, Fidel Castro, para imitar a éste en la conducción de “su pueblo a la verdadera independencia”, que es lo que admira de Fidel.
Después de convencer a sus gobernados de que el fracaso de sus primeros años de gobierno es culpa de un enemigo interno (la corrupción del pasado), con Biden en la Casa Blanca tendrá al enemigo externo del librito fidelista.
No es por falta de visión que el presidente mexicano no toma la llamada de Biden, como se supo por la embajadora de México en Estados Unidos.
Es porque la doctrina castrista es la verdadera escuela política del presidente mexicano para gobernar en el mundo real. La escuela juarista es sólo instrumento emocional histórico para el graderío nacionalista, pero que no le sirve para nada tangible.
Casi todo lo que hace el presidente de México viene de Fidel Castro, de quien dijo:
“Para nosotros el comandante Fidel Castro es un luchador social y político de grandes dimensiones, porque supo conducir a su pueblo y alcanzar la auténtica, la verdadera independencia. A pesar de todas las adversidades, Fidel mantuvo a Cuba como una nación libre, independiente y soberana”.
Y, tan temprano como en 2010, Fidel Castro dijo que aprendió del actual presidente de México “la forma con que Estados Unidos utilizaba el neoliberalismo para destrozar y devorar las riquezas de México. Algo verdaderamente asombroso y sorprendente”.
A Fidel Castro le parecieron “geniales” los 10 objetivos con los que pretendía gobernar el actual mandatario mexicano cuando llegara a la presidencia, similares a los que el propio Fidel Castro impuso en Cuba como agenda de gobierno:
1. Rescatar al estado y ponerlo al servicio del pueblo y de la Nación.
2. Democratizar los medios.
3. Crear una nueva economía.
4. Combatir las prácticas monopólicas.
5. Abolir los privilegios fiscales.
6. Ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana.
7. Fortalecer al sector energético.
8. Alcanzar la soberanía alimentaria.
9. Establecer el estado de bienestar.
10. Promover una nueva corriente de pensamiento.”
Para Fidel Castro, el actual Jefe del Ejecutivo mexicano sería “la persona de más autoridad moral y política de México cuando el sistema se derrumbe y, con él, el imperio”.
Sin reclamar mucho, Biden exigirá cumplimientos a México en asuntos bilaterales que no hizo Trump: democracia, derechos humanos, sindicatos, medio ambiente.
Con el desastre de su gobierno acentuado, bastará sólo un reclamo de Biden para que el presidente mexicano barra su fracaso bajo la alfombra, con una escoba estridente de lucha por “una nación libre, independiente y soberana”.
Lo que admira de Fidel Castro.