Francisco Garfias.
Mal empieza Mario Delgado como presidente de Morena. Su firma aparece en el Convenio de Coalición de su partido con el PT, el PVEM y Nueva Alianza para participar en la elección de gobernador en San Luis Potosí en 2021.
Avala, sin aceptarlo, las aspiraciones del diputado federal Ricardo Gallardo, postulado por los mercenarios del Verde como abanderado de esa coalición para gobernar la entidad.
En la negociación se acordó que el PVEM designará candidato en SLP, aunque ayer Delgado, para curarse en salud, declaró que su partido decidirá candidaturas en los estados donde haya coalición con el Verde.
El convenio provocó una trifulca de los morenos potosinos en contra del delegado del CEN de ese partido cuando llegó a las instalaciones de la Comisión Estatal Electoral, a firmar el convenio.
Un video enviado a este reportero muestra a militantes de Morena que, entre golpes y jaloneos, dicen que no van a permitir la “imposición” del centro.
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A Gallardo lo persigue su pasado. Fue arrestado en el 2015 por delincuencia organizada y lavado de dinero, luego de renunciar a la alcaldía de Soledad para lanzarse por la gubernatura.
Once meses después fue liberado porque, como es común, el Ministerio Público no presentó elementos probatorios suficientes para sustentar las acusaciones.
Pero hace poco más de un mes, Santiago Nieto, titular de la UIF, declaró en San Luis Potosí que hay un proceso de investigación por dos denuncias presentadas en contra de Gallardo Cardona.
Ese incomprensible “dedazo” deja la mesa puesta a la Coalición PRI, PAN, PRD, Conciencia Popular, que ayer se registró bajo el nombre de “Sí por San Luis Potosí”.
¿Le suena?
Esta coalición está por definir a su candidato. Entre los aspirantes podemos mencionar a Xavier Nava, alcalde de la capital; los senadores azules Marco Gama y Octavio Pedroza, y la ex senadora Sonia Mendoza.
Si los partidos que la integran se mantienen y presentan un candidato consensuado, ”Sí por San Luis Potosí” se llevará “carro completo”, aseveran analistas locales.
Solo resta decir que Delgado y Gallardo estrecharon sus relaciones en San Lázaro. Ambos son diputados de la actual legislatura.
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Las elecciones intermedias del 2021 son muy relevantes para las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheinbaum.
La Jefa de Gobierno de la CDMX no puede darse el lujo de perder ni una sola de las alcaldías que están en poder de Morena, si quiere ir a Palacio Nacional.
Hay alcaldías que no tienen problemas para la reelección. Iztapalapa, con Clara Brugada, es una. Pero otras están en riesgo: Coyoacán, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón… La coalición PAN-PRI-PRD va con todo para arrebatar lo más que se pueda.
En Álvaro Obregón, nos dicen, Layda Sansores no alcanzó a sentarse en la silla de alcaldesa. Hizo poco. Esperó turno para ir por la gubernatura de Campeche. Su renuncia es inminente.
Morena no ha definido el género del abanderado para esa alcaldía. Hay cuatro aspirantes mujeres y dos hombres.
Precandidatas: Valentina Batres e Isabela Rosales, diputadas locales; Lorena Villavicencio, diputada federal; y Marisela Silva de Nieto, concejal de ese ayuntamiento.
Precandidatos: Eduardo Santillán, vinculado con Martí Batres; y Rafael Nieto, maestro de la Facultad de Derecho de la UNAM, esposo la mencionada concejal.
La encuesta se hará en tres semanas. El ganador tendrá que lidiar con el “fantasma” de Leonel Luna, otrora dueño de ese territorio, quien busca ser candidato a diputado del PAN ayudado por su amigo y socio Jorge Romero, dueño del azul en la CDMX.
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El embajador de México ante las Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente, es una “rara avis” en el universo de 4T. Su destacada labor en Nueva York ha hecho que México gane batallas como su regreso al Consejo de Seguridad de la ONU.
Nos unimos al ¡Goya! que celebra la entrega de la Medalla al Mérito internacional 2020 que otorga el Congreso de la CDMX a personalidades que se han distinguido en el extranjero.
Enhorabuena embajador.
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Como remate va un tuit de Porfirio Muñoz Ledo que explicaría porque no quedó como presidente de Morena:
“La prudencia en política exterior implica a menudo un juicio de valor. Resulta improcedente, en la elección del presidente Biden, invocar el principio de no intervención”.
FIN
