LONDRES.- El primer ministro británico, Boris Johnson, ha declarado el confinamiento del Reino Unido a partir del próximo jueves, después de que el país haya superado el millón de casos de COVID-19 este sábado. “No puedo ignorar las cifras”, ha asegurado el premier.
“Si no actuamos ya, podríamos ver miles de muertes al día en este país, un pico de mortalidad, por desgracia, mayor que el de abril”, ha justificado Johnson, que ha pedido disculpas después de que su comparecencia se pospusiera hasta en dos ocasiones esta tarde. Esta medida se extenderá hasta el próximo 2 de diciembre, junto a otras restricciones adicionales, entre las que se encuentra el cierre de los establecimientos no considerados como esenciales.
El Reino unido superó hoy el millón de casos positivos de coronavirus desde el inicio de la pandemia y casi 22 mil nuevas infecciones en las últimas 24 horas.
Se contabilizaron en todo el país un millón 11 mil 660 casos confirmados de covid-19 y 46 mil 555 personas murieron en los 28 días siguientes a haber dado positivo a la prueba (+326 el sábado), el mayor número de fallecidos de un país europeo.
Medidas más duras
Según ha apuntado el premier, quien, como hizo el pasado 23 de marzo, ha pedido a la gente que se quede en casa, el virus se está expandiendo “más rápido de lo que se preveía en el peor de los escenarios razonables”. Y es que, de acuerdo con el asesor científico del Ejecutivo, Patrick Vallance, los datos demuestran que esta segunda ola “tiene el potencial de ser dos veces peor que la primera”.
Sin embargo, Johnson ha aclarado que no se trata de un confinamiento como el que el país vivió en marzo, sino que, en esta ocasión, los centros educativos permanecerán abiertos. Asimismo, la gente podrá salir a hacer ejercicio a la calle e ir al trabajo si no pueden hacerlo desde casa, así como ir a comprar productos esenciales y proporcionar cuidado a personas en situación de vulnerabilidad.
Aun así, ha señalado que esta Navidad “va a ser diferente”. No obstante, ha incidido en que el objetivo principal es reducir la presión sobre el Sistema Nacional de Salud británico (NHS por sus siglas en inglés). “El riesgo [de que se sobrepase la capacidad de los servicios sanitarios] es que, por primera vez en nuestras vidas, el NHS no estará allí para ayudarnos”, ha aseverado Johnson.
Agencias