El gobierno francés lanzó este sábado la dura advertencia de que aun con la extensión del toque de queda a dos tercios de la población hay que esperar más muertos y más hospitalizados en los próximos días dado el nivel de contagios récord que se ha estado constatando hasta ahora.
“Esta progresión de la epidemia no ha terminado. Seguramente vamos a tener por delante todavía momentos difíciles”, señaló el primer ministro, Jean Castex, durante una visita a uno de los grandes hospitales de Marsella.
Más claro fue el ministro de Sanidad, Olivier Véran, que le acompañaba, y que trató de anticiparse a las críticas que pueden llegar cuando se vean cifras peores en unos días pese a que 46 millones de franceses tienen que estar confinados al menos hasta diciembre entre las 21:00 y las 6:00 h.
Véran se esforzó en explicar que, de la misma forma que los casos graves de covid-19 que tienen que atender ahora los hospitales son resultado de contagios que se produjeron hace quince días, “teniendo en cuenta el grado de contaminaciones actuales, en quince días tendremos las consecuencias sanitarias”. Y eso, “hagamos lo que hagamos”.
Francia ha vividos dos récords de contagios sucesivos
En mente tenía los 42 mil 32 nuevos casos que se declararon este viernes, que constituían el segundo récord diario consecutivo y que significaron también que Francia superó el listón del millón de contagios (un millón 41 mil 75) desde el comienzo de la epidemia.
El porcentaje de positivos sobre los test PCR realizados no ha dejado de crecer y desde el 4,5 por ciento que había a comienzos de septiembre se ha pasado al 15,1 % este viernes, ocho décimas más que la víspera.
Hay dos mil 441 pacientes de coronavirus en las ucis y 15 mil 8 en los hospitales. Es verdad que esas cifras están lejos de los más de 7 mil 100 y 32 mil, respectivamente, que llegó a haber en abril durante la primera ola.
Pero esta situación tiene consecuencias evidentes en la mortalidad, con 298 nuevos fallecimientos el viernes, después de los 165 del jueves, lo que da un total de 34 mil 508 desde comienzos de marzo.
El primer ministro pidió civismo y respeto de las normas sanitarias, y lo hizo con el argumento de que “esta enfermedad afecta a todo el mundo. La mejor forma de aliviar a los hospitales es no caer enfermo”.
Lo hizo pocas horas después de que el presidente, Emmanuel Macron, hubiera justificado la extensión del confinamiento nocturno, que se aplicaba desde hace una semana a 20 millones de personas en nueve áreas urbanas, y desde este sábado a 46 millones en 54 departamentos.
“En la fase en la que estamos y con el número de infecciones diarias, no tenemos otra opción que reducir nuestra vida social al máximo.
Validación parlamentaria para prolongar el toque de queda
Este toque de queda, que como el mismo Macron reconoció puede derivar más adelante en “confinamientos locales o más amplios”, se ampara en el estado de urgencia sanitario decretado por el Ejecutivo desde el 17 de octubre.
Para que pueda prolongarse más de cuatro semanas (el objetivo declarado desde el principio ha sido que como mínimo sean seis) el Parlamento debe validar su prórroga con un con un proyecto de ley que este sábado fue objeto de debate en la Asamblea Nacional, que debe votarlo el domingo para su tramitación luego en el Senado.
El proyecto de ley no solo abre las puertas para mantener hasta el 16 de febrero el estado de urgencia sanitario -que ya había estado en vigor desde el 23 de marzo y hasta el 10 de julio en la primera ola- sino que autoriza al Gobierno a endurecer por decreto el dispositivo si hiciera falta.
En este contexto de previsiones epidémicas nada halagüeñas, Castex presentó este sábado un reforzamiento de los dispositivos contra la pobreza, precisamente para hacer frente a la precarización causada por la crisis del coronavirus.
El Estado pondrá 700 millones de euros más para incrementar los subsidios sociales, las ayudas de vivienda o los programas de inserción laboral dirigidos a la población más desfavorecida.
EFE