México.- La violencia contra los niños y adolescentes en México es un acto aceptado y que sigue ejerciéndose regularmente, por ello un grupo de organismos de las Naciones Unidas pidió a las autoridades mexicanas que, según señalan los compromisos internacionales asumidos por el Estado, ajusten sus marcos normativos para prohibir el castigo corporal y humillante contra niñas, niños y adolescentes.
“Con miras a fortalecer la protección de niñas, niños y adolescentes contra la violencia en México, la Cámara de Diputados cuenta con la oportunidad de reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y del Código Civil Federal a fin de prohibir el castigo corporal y humillante como método de crianza”, señala un comunicado de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en México que reúne a varias agencias* de la ONU.
La declaración destaca que los actos violentos contra infantes y adolescentes suponen una violación de sus derechos humanos que sigue aceptándose y ejerciéndose en México, donde seis de cada diez menores de entre uno y 14 años han sufrido algún tipo de “disciplina violenta” en sus hogares, una acción que provoca graves consecuencias en su desarrollo.
Las probabilidades de alcanzar un desarrollo adecuado durante la niñez son 2,4 veces menores en los niños y adolescentes que padecieron castigos corporales rigurosos, y si sufrieron algún tipo de “disciplina violenta” la posibilidad de que un menor sea agresivo aumenta 1,6 veces, según un estudio de UNICEF.
A estos preocupantes datos hay que añadir que, de acuerdo con un estudio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los menores víctimas de constantes actos violentos en el seno familiar tienen más probabilidades de abandonar el hogar, caer en situaciones de extrema precariedad y vulnerabilidad, vivir en la calle y padecer un mayor riesgo de abuso y explotación.
Además, cabe recordar que en las observaciones del Comité de los Derechos del Niño de la ONU a México se indica “que toda forma de violencia contra niñas, niños y adolescentes, incluido el castigo corporal, es injustificada y perjudicial, no sólo por el daño infligido, sino porque menoscaba sus derechos y desarrollo”, y se destaca la preocupación por “la elevada incidencia de castigos corporales infligidos a niñas y niños, violencia doméstica y violencia de género, así como por la falta de acceso a la justicia”.
Por ello, el Comité recomendó al Estado mexicano prohibir los castigos corporales y humillantes “en todos los entornos, en el nivel federal como estatal, y derogar de los códigos civiles federales y estatales el ‘derecho a corregir'”.
Las agencias de la ONU que respaldan este comunicado certificaron los esfuerzos y progresos de los legisladores mexicanos en materia de derechos de los menores y subrayaron que, de aprobarse la prohibición del castigo corporal, “la normatividad mexicana daría un importante paso en el cumplimiento de las normas de derechos humanos que establecen la Constitución Política Mexicana y los tratados”.
Con información de la ONU