Ernesto Zavaleta.
San Lázaro pueden dejar de preocuparse quienes pensaron que no hay oposición para equilibrar en 2021 el poder del presidente, ni PRI, ni PAN, ni Frena, está Morena. Es Cuanto.
La principal preocupación de los “adversarios” de Andrés Manuel López Obrador es quitar el poder casi absoluto al presidente y lograr equilibrio de poderes para tomar las decisiones que afectan el presente y futuro del país.
Aplicar la LEY está descartada como opción para tener ese equilibrio, ya demostraron su sometimiento la suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF).
Las decisiones, votaciones y comportamiento de las cámaras de Senadores y Diputados federales, eliminan al Legislativo como elemento de del tan necesario equilibrio.
Queda sólo una alternativa, despojar de la mayoría en el Congreso de la Unión a Morena, pero ¿con quién o quiénes? Ni el PRI, ni el PAN y menos el resto de los partidos políticos se han recuperado de su casi eliminación de 2018.
La alternativa más viable aparece ahora desde el interior del partido en el poder.
Si no se convierte en un opositor al presidente, si se ve complicado que logre la unidad necesaria para arribar con éxito a las elecciones del 2021.
Son los morenistas los que ahora dan oportunidad de crecer a la oposición, y lograr eso, ser oposición y no “focas pataleando” como dijo el senador Gustavo Madero.
Sin presidente nacional, con 17 comités estatales sin presidente, otros cinco sin dirigencia ni consejos estatales y los 10 restantes en pugnas interna, se prepara Morena para el 2021.
Y se espera un panorama aún peor. Después de lo dicho en sus campañas por los dos contendientes que sobreviven a las encuestas, alguno tendrá que irse de Morena con todo y seguidores, por dignidad o por venganza.
Luego sus fallidos intentos de democracia interna y de dos encuestas sin lograr definir a su presidente, ahora el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó la convocatoria para realizar la tercera encuesta para elegir al presidente nacional de Morena, que se realizará del 16 al 22 de octubre. Los resultados para el 24 de octubre.
Convocatoria que no garantiza la “unidad” del partido en el poder.
Porfirio Muñoz Ledo de plano desconoce esa convocatoria y dijo en sus redes sociales luego conocer la tercera convocatoria a encuesta”.
“El pueblo ya decidió con votos a mi favor y por encima de mi contrincante. En democracia se gana con votos de diferencia. ¡Ganamos las dos encuestas!
“La tercera que la hagan, pero lo que manda la convocatoria es que la tercera es solo si empatan, solo si hay empate, obviamente aquí no hay empate, que la hagan, no tiene importancia yo soy presidente electo del partido y voy a actuar”.
Su contrincante, el diputado Mario Delgado Carrillo, sabe que es cierto, perdió las dos primeras encuestas y, como si fuera necesario, manda una carta para solicitar al INE que a la brevedad posible, se definan el nuevo calendario, metodología y encuestadoras para la tercera fase para la renovación de la dirigencia de Morena.
El 24 de octubre quizá el Movimiento de Regeneración Nacional tenga un dirigente, pero su único líder será el presidente de la república, en cuyas manos queda la derrota o el triunfo en 2021. Lo sabe y lo ejerce, aunque sea ilegal.
Tres meses le quedarán al nuevo dirigente para organizar al partido en el país e impulsar la unidad, pues a partir de enero de 2021 deben estar definidos los candidatos a 15 gobiernos estatales y la mayoría de los 300 diputados a elegir por mayoría relativa, y los 200 a designar por representación proporcional, y los aspirantes a mil 924 municipios y mil 63 diputaciones estatales.
Porfirio Muñoz y Mario Delgado, sólo son la punta del iceberg de un partido que demuestra no saber qué es ser el partido en el poder.
No sólo no tienen presidente nacional en Morena. De las 32 dirigencias estatales, en 17 comités no tienen presidente, y en cinco, no hay dirigencia ni consejos estatales ¡desde el 2015!
En las 10 restantes, aunque existe dirección, las pugnas entre grupos, derivadas de la disputa nacional y local, así como su estructura incompleta, las tiene parcialmente inmovilizados. En este grupo está Morena de la Ciudad de México.
Sólo basta ver algunos ejemplos de lo que vive Morena al interior del país en estos momentos.
El Comité Directivo Estatal de Tamaulipas acusó a los diputados que apoyan a Mario Delgado, de desviar recursos públicos para financiar su campaña interna, mientras sus dos senadores Américo Villarreal y Guadalupe Covarrubias, quedaron anulados a nivel nacional pues apoyan desde hace años a Yeidckol Polevsnky.
Hugo Rodríguez Díaz, dirigente estatal de Morena Jalisco declaró “… el presidente Andrés Manuel lo dijo muy claro, no hay necesidad de agregar, él dijo y esta mañana lo ratificamos, es mucho pueblo para tan chiquitos dirigentes”.
Para el encargado del partido en Tlaxcala, Joel Molina Ramírez, los aspirantes a dirigir el Partido “han puesto sus intereses personales por encima de los partidarios y contraviene a la ideología por la que ha luchado el instituto político”.
En Veracruz el diputado Jaime Humberto Pérez Bernabé dijo que ante la indefinición a nivel nacional “este año no habrá elecciones para designar al dirigente estatal de Morena en el estado”, y continuará Hugo Alberto Martínez Lino hasta después de las elecciones del 2021.
Sin embargo, en esa misma entidad la diputada Rosalinda Galindo Silva anunció su respaldo y apoyo incondicional hacia el candidato a Presidente Estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta.
En Baja california hace un mes, con el voto de 45 de 80 consejeros estatales de Morena, incluido el del gobernador Jaime Bonilla Valdez, fue destituido el delegado con funciones de presidente del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena, Ismael Burgueño, quien hace tres meses fue designado por Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente interino del Comité Ejecutivo Nacional.
En su lugar nombraron a César Castro Ponce, director de Obras Públicas del gobierno de Mexicali, cuyo hermano, Omar Castro Ponce, impugnó ante el Tribunal Electoral Federal el nombramiento de Ismael Burgueño, pero hasta ahora no ha habido una resolución al respecto.
Mientras en Baja california Sur regresa como presidente de Morena en el estado Alberto Rentería Santana, a 3 meses de la renuncia del secretario del partido en la entidad, Gilberto González Soriano, quien ocupó como interino la presidencia partidista en el estado hasta junio pasado.
El aspirante a la gubernatura de San Luis Potosí por Morena Gabino Morales, hasta ahora coordinador estatal de Proyectos del Bienestar, aseguró “las dirigencias de Morena han quedado chicas, no han canalizado en su totalidad los preceptos de la llamada Cuarta Transformación”, en ese estado no hay presidente estatal del partido en el poder.
Marcial Rodríguez Saldaña, secretario General en funciones de presidente del CEE morenista en Guerrero, enfrenta las quejas de consejeros estatales y militantes del mismo partido, que “exigen que Pablo Amilcar Sandoval, hermano de la secretaria de la función pública, que no haga derroche de recursos y no realice actos anticipados de precampaña”.
Y seles suma la investigación por corrupción que en breve iniciará contra la diputada federal por Guerrero, Abelina López Rodríguez, quien en tribuna de la Cámara de los Diputados aceptó actos de corrupción.
En Sinaloa con la gubernatura, congreso local y presidencias municipales en pugna para 2021, desde 2018, cuando ganaron la Presidencia de México, no hay una dirigencia estatal con arraigo, eso dice la delegada del partido en esa entidad la Carol Arriaga, y aseguró que en Sinaloa “no hay un liderazgo fuerte que aglutine y encabece al partido hacia un objetivo claro y sin fracturas para la elección del 2021”.
Dos grupos morenistas se enfrentan en Morelos, uno en contra del actual dirigente Gerardo Albarrán y otro que ha manifestado su apoyo, pero en espera de los resultados nacionales para cambiar o ratificar a su líder.
Las pugnas y enfrentamientos en las 32 entidades del país de los “líderes” y militantes de Morena, son un síntoma de descomposición interna que abre el camino a los opositores.
¿Podrán resolverlos antes del 6 de junio de 2021? Difícilmente, son sólo otras víctimas del odio y encono que a extendido el presidente Andrés Manuel López Obrador en todo el país. Lo triste para los morenistas es que su peor enemigo, es su único líder reconocido por ellos.
San Lázaro van rumbo al fracaso ¿por el bien del país? Veremos. Como dice el Dr Gómez, se les olvida a los de Morena que en el 2018 ganó López Obrador, no ellos.