Nueva York.- Entre los años 2000 y 2019 se registraron 7348 grandes catástrofes que se cobraron 1,23 millones de vidas, afectando a 4200 millones de personas, lo que supuso un costo aproximado de pérdidas económicas mundiales de 2,97 billones de dólares.
Un nuevo informe de las Naciones Unidas concluye que los primeros veinte años de este siglo han sido testigos de un “asombroso” aumento de las amenazas de origen natural y que “casi todas las naciones” han fracasado en la prevención de la “ola de muerte y enfermedad” causada por la pandemia COVID-19.
El estudio se publica con motivo del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres que se celebra el 13 de octubre.
Se trata de un llamamiento urgente a todos los países a prepararse mejor ante todas las catástrofes, desde terremotos y tsunamis hasta recientes amenazas como el coronavirus.
Los datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) indican que las naciones ricas han hecho poco para hacer frente a las emisiones contaminantes que están ligadas a las amenazas climáticas que constituyen la mayor parte de los desastres climáticos de hoy en día.
Lo resumía la máxima responsable de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), Mami Mizutori, al indicar que “los organismos de gestión de desastres han logrado salvar muchas vidas gracias a una mejor preparación y a la entrega del personal y los voluntarios. Pero las probabilidades siguen jugando en su contra, en particular por parte de las naciones industrializadas que están fracasando estrepitosamente en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Según el informe de la UNDRR – elaborado con el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres de Bélgica de la Universidad Católica de Lovaina- durante las últimas dos décadas se registraron 7348 desastres en todo el mundo.
Estas catástrofes provocaron la muerte de aproximadamente 1,23 millones de personas, unas 60.000 al año, y más de 4000 millones resultaron afectadas por este tipo de fenómenos, muchas de ellas más de una vez.
A estas preocupantes cifras hay que añadirle el costo económico que provocaron las pérdidas de 2,97 billones de dólares a la economía mundial y que la tasa de mortalidad en las naciones más pobres fue cuatro veces superior a la de las ricas.
En cuanto a los países afectados, China con 577 eventos y los Estados Unidos con 467 sucesos comunicaron el mayor número de desastres, seguidos por la India con 321. Filipinas registró 304 e Indonesia 278.
Con información de la ONU