Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Dentro de la gama de lo “políticamente correcto” que es cada vez mas una cortesía para ocultar fines aviesos, juegan en las redes, grupos y organizaciones francamente tenebrosos, tal parece que es el caso de Change Org. Una plataforma aparentemente altruista y justiciera que como me comentó una persona con buenas intenciones, se maneja como una organización insignia, combatiente en contra de los gobiernos totalitarios y antidemocráticos, aunque en realidad habría que quitarle los adjetivos y decir que sus inclinaciones mas recurrentes son en contra de los gobiernos a secas.
Change como se ha difundido por los analistas de España es un vehículo de inteligencia informática, es decir, no solo es un aglutinador de datos como tal vez sean todas las plataformas que solicitan datos con fines mercadológicos, obviamente para hacer negocio. De hecho, la venta de publicidad es para ese blog, una de sus fuentes reconocidas, y la otra, es la de los miembros que “cooperan voluntariamente”; ambos ingresos no son transparentes y por ello, se explica su ubicación en el estado de Delaware, que legalmente permite opacidades financieras.
Pero lo relevante de la plataforma internacional Change es que es una cobertura que se maneja específicamente en el mundo político detectando ideologías y tendencias. Observándola un tiempo, se perciben fines antisistémicos, es decir sus intereses se enfocan a manipular personas para desestabilizar sistemas, Change no es como la multicomentada Cambridge Anaytica y otras, que se contentan con entresacar los datos con algoritmos aproximativos para la arena electoral. Ellos directamente saben tus preferencias políticas y tu capacidad de activismo potencial de manera inmediata y permanente.
Están en lo electoral cuando su influencia es determinante, pero lo suyo es la movilización de presión digital.
El vínculo de Change es con los tentáculos de George Soros, el magnate que se alquila para coordinar la inteligencia internacional de los movimientos que rompen los cimientos de la sociedad, donde sea en el mundo. Soros es el que promueve toda algarada vandálica, desde movimientos migratorios hasta excesos dentro del marco anarquizante de los fantasiosos derechos humanos ampliados, donde se pide incluso, “la libertad” de comer carne humana.
Change forma parte con Open Society de Soros, desde el enfoque pernicioso de la ideología “open mind”: hacer lo que se me antoje, en contra de la moral establecida y contra cualquier autoridad a menos que ellos la hayan proyectado, son lobos con piel de oveja.
Un ejemplo de operación es el de Francisco Polo que desde su plataforma Actuable que fusionó con Change España en 2011, hasta el 2017 estuvo al frente del proyecto con fines políticos personales y de la franquicia. Francisco Polo es uno de los fundadores de “Podemos”, el partido de extrema izquierda que acompaña al PSOE en el gobierno español. Polo fue secretario de Digitalización en el primer gobierno de Pedro Sánchez y allí seguramente probaron invertir en los temas que se derivan de las emociones de la red. En este gobierno, Polo ya le tira a ser un magnate, es secretario de Emprenduría. Es evidente que se sirvió de la plataforma para obtener una base de datos precisa y manejable.
En México es una lástima que asuntos como la defensa de los bomberos y otras causas, que tienen reputación de justicieras, sirvan de disfraz para acciones ocultas de interés político manipulatorio e inconfesables que no tienen la transparencia elemental.
Y no porque la política sea una actividad nefasta como muchos se imaginan dejando de participar y optando por abandonar el terreno precisamente a los que hacen mala política, sino porque siempre hay que estar alerta de los movimientos y causas que parecen lo que no son.
Y creo que uno de los principales males mayores de estos tiempos es la anti regla de llamar a lo bueno malo y a lo malo, bueno. En ese entramado, la confusión agrava la participación social.
Se persiguen ideales y decepcionantemente te enteras de que hay intereses atrás, que no son lo que concuerdan con la imagen que te han formado.
Por eso, la información que abre los ojos en vez de ser un factor de desánimo, debe ser un aliciente, para no ceder ante los farsantes la responsabilidad de ministrar los intereses públicos y comunes, con los principios de la convivencia ordenada y pacífica, que requieren mucha reflexión y sobre todo la capacidad de persistir en una buena política que combate desechando las simulaciones.