Nueva York.- Los enfrentamientos en la línea de contacto dejan muertos y heridos civiles, además de dañar infraestructura vital para las comunidades. El titular de la ONU, así como varias agencias piden un cese al fuego inmediato para proteger a la población.
El Secretario General de las Naciones Unidas condenó la continua escalada de violencia entre Armenia y Azerbaiyán en la zona de conflicto de la provincia Nagorno-Karabaj, recordando a todas las partes sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario de proteger a los civiles al igual que la infraestructura civil.
“António Guterres está muy preocupado por los informes del aumento de las hostilidades, incluidos los ataques a zonas pobladas”, aseguró este martes su portavoz, Stéphane Dujarric.
Guterres también subrayó que no existe una solución militar al conflicto e instó a las partes a que cesen inmediatamente todas las hostilidades.
“[El Secretario General] Hace un llamamiento a todos los actores regionales e internacionales relevantes para que ejerzan activamente su influencia con el fin de lograr un fin urgente de los combates y volver a las negociaciones bajo los auspicios de los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa”, añadió Dujarric.
Según informaciones de prensa, ambas partes se acusan mutuamente de la violencia iniciada a finales de septiembre. Los enfrentamientos debidos a la disputa territorial del enclave Nagorno-Karabaj han ocasionado decenas de muertos y heridos, muchos de ellos civiles.
El territorio en disputa pertenece legalmente a Azerbaiyán pero está bajo control armenio. La línea de contacto se fijó en los acuerdos de paz de 1994 tras una sangrienta guerra entre ambas naciones que comenzó coincidiendo con la disolución de la Unión Soviética al inicio de la década de los noventa.
La región del Alto Karabaj está situada en el sur del Cáucaso y proporciona rutas de tránsito cruciales para el gas y el petróleo hacia los mercados mundiales.
Con información de la ONU