Nueva York.- La respuesta que han dado los gobiernos a la pandemia de COVID-19 no cambia las circunstancias subyacentes que dejaron vulnerables a millones de personas y tampoco mejoran su situación para enfrentar crisis futuras, advierten la Alta Comisionada para las garantías fundamentales, el director de la agencia para el trabajo y el relator sobre pobreza extrema.
Las medidas que han tomado los gobiernos para responder a la emergencia del coronavirus y a la crisis que ésta ha generado son encomiables; sin embargo, tienen dos grandes limitaciones, afirmaron este jueves la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el director general de la Organización Internacional del Trabajo y el relator especial sobre pobreza extrema.
En un artículo de opinión, Michelle Bachelet, Guy Ryder y Olivier De Schutter explicaron que esas limitaciones son, en primer lugar, el carácter temporal y de corto plazo de las provisiones; y, en segundo, que no abordan las amenazas existenciales que afrontan muchas de las comunidades más afectadas del mundo.
Por lo general, los planes de respuesta a la pandemia de COVID-19 han incluido permisos pagados, transferencias de efectivo y apoyo familiar, medidas que han ayudado en lo inmediato a capear el temporal.
No obstante, muchos de los arreglos están pensados como un respaldo al confinamiento o al periodo que tomaría la recuperación económica, por lo que “no producen cambios en las circunstancias subyacentes que dejaron a millones de personas vulnerables, ni mejoran su situación frente a futuras crisis”, apunta el artículo.
Además, aunque el gasto de los gobiernos del mundo en la respuesta al COVID-19 supera los once billones de dólares, esos recursos han cubierto básicamente a los países ricos, mientras que los países en desarrollo -sobre todo los de renta baja-, no pueden implementar la respuesta a la crisis que necesita su población ni los sistemas de protección social a largo plazo que crearían resiliencia ante las crisis.
El artículo recuerda que antes del COVID-19 el 69% de la población mundial no contaba con una cobertura de seguridad social o la tenía parcial y asevera que en las emergencias como la que vivimos, la humanidad es sólo tan fuerte como su grupo más débil.
Con información de la ONU