Raúl Flores Martínez.
El gusto les duró solo dos semanas a los colectivos feministas y las familias de desaparecidos que habitan actualmente el edificio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el Centro Histórico de la Ciudad de México, los constantes roces por las posiciones de cada grupo llevó al rompimiento que puede desencadenar en un desalojo para quienes tienen tomado este edificio.
La pelea de Yesenia Zamudio con las integrantes del denominado Bloque Negro de anarquistas que supuestamente apoyaron la toma del edificio, ha comenzado a tener un innegable fin en su alianza para forzar a las autoridades a ceder con presión y vandalismo.
Desde la semana en este espacio, habíamos señalado las grandes diferencias que se tejían dentro de estos grupos, una de ellos, que tal vez ya se dieron cuenta, es que dentro del llamado Bloque Negro hay por lo menos dos elementos de la policía infiltradas, que son las que genera la información a las autoridades federales.
Este grupo de seudo-anarquistas son parte de la denominada Alianza Anarquista Revolucionaria, es un colectivo que agrupa a organizaciones como Bloque Negro México, Cruz Negra Anarquista y la Coordinadora Estudiantil Anarquista, entre otras que tienen como misión crear desmanes en marchas y eventos sociales que revientan.
La Información Filtrada que nos han proporcionado de las áreas de inteligencia del Gobierno, para ser claros del Centro de Nacional de Inteligencia, una de la estrategia del gobierno en turno, es haber logrado infiltrar al Bloque Negro en las exigencias de las decenas de familias de desaparecidos para “reventar” el movimiento y dejar con la etiqueta de agresivas y violentas a las líderes del movimiento.
Una estrategia que ha comenzado a surtir efecto con la ruptura de los colectivos feministas con las familias de desaparecidos y feminicidios que representaban Yesenia Zamudio y Érika Martínez, quienes pueden quedarse sin apoyo de las autoridades Federales ante la crisis que crearon dentro de la CNDH.
Hoy el Bloque Negro, es uno de los grupos a modo que reciben pagos para poder “reventar” los movimientos sociales con la finalidad de dejar en descrédito algunos movimientos o movilizaciones que tienen una causa justa, como es el movimiento de los cientos de familias que buscan por todo el país a sus seres amados que están desaparecidos o asesinos de sus hijas, hermanas, etc.
Estamos en el preámbulo de un desalojo de la sede de la CNDH, un desalojo violento, dónde las líderes del movimiento “Frente Nacional Ni Una Menos México”, comenzará a debilitarse y ser manchado por el colectivo del Bloque Negro.
