Raúl Flores Martínez.
Cuándo entenderán estos gobiernos de quinta que la aplicación de la ley, no es represión, no es la violación a los Derechos Humanos, mucho menos es atacar a las personas que son detenidas cuando realizan actos delictivos.
Nuevamente ayer por la tarde, un grupo de jóvenes pseudo anarquistas, hicieron desmanes en el corredor turístico Reforma-Centro Histórico, desmanes que van desde destruir inmobiliario urbano hasta el piso de los andadores de esta importante vialidad de la Ciudad de México.
En los últimos años estos encapuchados han realizado distintos desmanes y daños a monumentos históricos y mobiliarios urbano que es simplemente cambiado por las autoridades capitalinas, sin que haya un responsable.
El cambio de ese mobiliario urbano, no sale de las bolsas de los funcionarios de la administración actual; sino, de cada uno de los ciudadanos que pagan sus impuestos puntualmente y con ello, se compra o repara lo que destruyen estos vándalos.
Ayer la instrucción de los elementos de seguridad pública fue únicamente quitarles los tubos, martillos, cohetones y petardos que tuvieran y dejarlos en libertad, una orden clara del jefe de la policía.
“Quitarle los objetos para agredir, pero no enfrentarlos, ni detenerlos”.
Ante esta orden, basta recordarles a todos los elementos policíacos que están para proteger a la ciudadanía, que aplicar la ley, no es violación a los derechos humanos, que la aplicación de la ley nunca debe ser negociada, más cuando se comenten delitos de robos, violencia y ataques al patrimonio.
Porque estos encapuchados valientes que luchan contra el sistema capitalista que vandalizan una tienda de conveniencia y atacan los monumentos del imperialismo yanqui, como son las paradas del Metrobús, se meten al barrio bravo de Tepito o el tianguis de la San Felipe de Jesús y hacen ahí sus desmanes.
Sencillo, porque en estas zonas sí les aplican la ley del barrio, esa ley que no tarda en desbordarse ante la ineptitud de la policía capitalina que esta preparada para recibir los sobornos de los integrantes del crimen organizado, para exigir la mordida o para atacar a comerciantes que se dedican a vender sus productos.
En este espacio hemos dado a conocer con detalles los actos de corrupción de mandos y elementos en activo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ahora damos a conocer su orden de “Quitarle los objetos para agredir, pero no enfrentarlos, ni detenerlos”, cuando se trata de anarquistas.
Ante estas órdenes, seguimos señalando que la policía capitalina, es una corporación bananera que nunca llegará a tener los estándares de eficiencia que tiene la Scotland Yard de Londres, porque su gran aspiración para sus mandos es llenarse de dinero las manos, sin importar que esté teñido de droga o sangre.