Francisco Garfias.
La frase que da título a este texto fue pronunciada ayer, en Chihuahua, por el gobernador Javier Corral, al abrir la reunión de la Alianza Federalista.
Queda inscrita en la lápida que ayer colocaron a la Conago los diez gobernadores de la Alianza, al anunciar que se separan de ese espacio de deliberación de mandatarios estatales.
Y no, no es una rebelión en contra de Juan Manuel Carreras, gobernador de San Luis Potosí y presidente en turno de la casi veinteañera Confederación. Hasta un reconocimiento le hicieron.
Es una alerta frente al retorno del centralismo, contra un pacto fiscal desfasado, injusto, desigual, que no compensa la recaudación.
Es, aunque no lo digan abiertamente, un grito contra los caprichos de un sólo hombre.
Una protesta contra “tribunales del pueblo” disfrazados de consultas para juzgar ex presidentes, o decidir obras en los estados.
Una llamada de atención por los ataques y descalificaciones desde las mañaneras a críticos y opositores.
Una negativa a los dictados en materia de salud desde el centro; a las designaciones polémicas y criterios dispares en temas de corrupción.
Una rebelión pacífica contra el intento de concentrar recursos para sacar adelante los proyectos del presidente, de infraestructura o programas socio clientelares, que se comen los recursos disponibles.
¿Quién nos diría el vuelco que está tomando (La Cuarta) transformación. “De la esperanza a la libertad amenazada”, dijo en anfitrión del encuentro?
No es casual que los gobernadores de la Alianza hayan utilizado la palabra “resistir” en su emblema del encuentro: Covid 19, resistir en unidad es nuestra fortaleza.
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En el discurso inaugural, Javier Corral dijo:
“Ha quedado en evidencia que (La Conago) ya no cumple la función para la que fue creada, como espacio de deliberación, para defender federalismo y soberanía de los estados.
“Perdió fuerza. Todo el potencial que tenía como órgano de interlocución entre gobernadores para lograr acuerdos que incidieran en el desarrollo y bienestar de los mexicanos.”
Hoy, es cierto, ni siquiera funciona como un mecanismo de diálogo eficaz y útil.
“Se convirtió en una entelequia mermada por el reparto discrecional de los recursos federales”, resumió.
Los diez gobernadores de la alianza son José Rosas Aispuro, Durango; Ignacio Peralta, Colima; Miguel Ángel Riquelme, Coahuila; Diego Sinhué, Guanajuato; Enrique Alfaro, Jalisco.
Pero también Silvano Aureoles, Michoacán; Jaime Rodríguez Calderón, Nuevo León; Francisco Javier Cabeza de Vaca, Tamaulipas, el propio Corral; y Martín Orozco, Aguascalientes, quien no estuvo presente físicamente, pero suscribió.
Cinco del PAN, dos del PRI, uno del PRD, uno del MC y un independiente. Cero de Morena.
La Alianza aclaró que no busca atizar pleitos, ni divisiones internas, pero sí pide que dejen de presentar a los opositores como enemigos de México.
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Sin “guardaditos”, con muy poco margen de maniobra, pero también sin nuevos impuestos llega hoy al Congreso el Paquete Económico para el 2021.
Los expertos nos dicen que, en esto tiempos de pandemia, no hay manera de incrementar los ingresos.
— ¿De dónde entonces? Preguntamos.
–Las apuestas del presidente son la extinción de los fideicomisos para utilizar su patrimonio (que representan en su conjunto cientos de miles de millones de pesos); y el remanente cambiario que el Banco de México debe entregar por Ley en el mes de abril—no dicen.
Pero coinciden en que no hay para dónde hacerse.
“Por supuesto seguirá apretando por el lado del gasto. Ya tiene medio desmantelada la Administración Pública Federal”.
Habrá lana, eso sí, para programas sociales y proyectos principales del régimen: Dos Bocas, Tren Maya, Aeropuerto Santa Lucía, rescate de Pemex.
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Allí están los resultados de imponer a Rosario Piedra al frente de la CNDH, a través de maniobras en el Senado y por designios de Palacio.
Nunca tuvo los votos requeridos en la Cámara Alta, pero sí el apoyo del presidente.
Hoy la sede de la oposición es vandalizada, saqueada, destruida por colectivos feministas que se subieron en la justa causa de madres de desaparecidos o con hijas o hijos asesinados o violadas, ante el vacío que dejó la ombusperson.
Unos piden su comparecencia en el Senado, otros su renuncia, pero desde luego que ya no es confiable para esa tarea.
FIN.