México.- Llegó a la redacción de este medio, un comunicado de las trabajadoras del área de cocina que prestan sus servicios en las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) del Centro Histórico; instalaciones que, con lujo de violencia, fueron tomadas el fin de semana pasado por un grupo de feministas encapuchadas.
Reproducimos íntegramente dicho comunicado por su importancia periodística:
Fuimos desalojadas de forma intimidatoria y arbitraria de nuestro centro de trabajo
El día viernes 4 de septiembre a las 13:00 aproximadamente fuimos desalojadas de nuestra área de trabajo, de forma intimidadora y arbitraria, por un grupo de no más de 10 mujeres encapuchadas. Como todos los días nos encontrábamos en el área de la cocina realizando la comida para TODOS los trabajadores de la sede Cuba 60, cuando escribo TODOS, recalco que la misma comida que se hace es para TODOS LOS TRABAJADORES sin excepción, el mismo menú es para TODOS, es decir no hay distinción, cabe mencionar que se sirven diariamente entre 25 y 50 comidas.
Con el servicio de comedor se busca que los trabajadores tengamos mejores condiciones laborales, el comedor es un logro más de esta administración. Hay que recordar que anteriormente como en muchas dependencias, los directivos de la comisión contaban con un Chef personal.
Nosotras no somos chef, somos mujeres trabajadoras, madres de familia, esposas, abuelas. Somos mujeres que cocinamos para nuestras familias con lo poco que tenemos y sabemos, nos dieron la oportunidad de cocinar para los trabajadores de la CNDH, como mujeres de escasos recursos sabemos lo que implica “hacer que el dinero rinda” y por eso queremos dejar bien claro que no hay sobreprecio en las compras y mucho menos se cocinan platillos de lujo.
Hoy al ver lo que salió en los medios de comunicación, sabemos que es mentira lo que dicen estas mujeres “feministas”, lo que muestran ellas no son cortes finos, son chambaretes (si carne de res con hueso, para caldo) son las recetas que sabemos hacer, comida para trabajadores. Nos da la impresión que en no han tenido que cocinar o ayudar en las compras a sus padres.
Es cierto, hay muchos insumos porque es principio de mes y eso que ellas mostraron es una despensa que dura TODO EL MES, para más de 35 TRABAJADORES.
Los botes que ellas dijeron que eran helado, (lo hubieran mostrado si hubiera sido verdad), era tomate, jitomate y frijol congelado, pulpa de fruta para hacer agua fresca con la intención que los trabajadores no consumamos refresco. La Presidenta de la Comisión se preocupa por que se tenga una alimentación saludable, les parece raro pero los cambios son pequeños como granitos de arena en un mar.
Nosotras las trabajadoras del área de cocina, les servimos de comer a muchos defensores de derechos humanos y a muchas víctimas. El día anterior, a la señora que exige justicia para su pequeña y a quienes la acompañaban, les servimos de comer (chilaquiles verdes, la comida de ese día, para todos incluyendo la Presidenta) y se les llevó de desayunar, se ofreció agua y café.
¿Ustedes saben lo que sentimos al darles de comer a todos lo mismo? En un mismo espacio, en ese comedor nuestro comedor, le servimos a los compañeros trabajadores de intendencia, de seguridad a los abogados a una victima o a un administrativo.
En el comedor de la CNDH, no hay cheff, habemos MUJERES TRABAJADORAS, haciendo lo poco que sabemos hacer, cocinar para todos y hacer rendir el dinero (si el dinero del pueblo).
Como MUJERES TRABAJADORAS, madres de familia, sabemos el sufrimiento por el que atraviesan las madres que piden justicia, pero estamos conscientes que la Presidenta de la CNDH lleva nueve meses al frente de la institución y el nuevo gobierno únicamente dos años, ellos trabajan tratando de dar solución a un país devastado por más de 40 años de gobiernos corruptos y violentos. SOMOS MUJERES TRABAJADORAS, que nos interesa lo que pasa en el país, nosotros vivimos en las colonias populares, y sabemos de las arbitrariedades de antiguos gobiernos y de carencias. Estas mujeres que el viernes nos sacaron de nuestra sede de trabajo, dijeron “que no nos preocupáramos que todo estaría igual cuando regresáramos”, nos damos cuenta que no es así, que se metieron a nuestro espacio, robaron nuestras herramientas de trabajo, han mentido sobre nuestro trabajo. Estas mujeres que nos desalojaron no les interesa lo que vivimos las mujeres trabajadoras de colonias marginales, por qué no van a alfabetizar, a dar platicas sobre sexualidad a la jóvenes, sobre violencia familiar y en el noviazgo, sobre adicciones, hay mucho por hacer no solo frente a reflectores.
La comida que sacaron, que robaron, que era para los trabajadores y víctimas que llegan a la sede, ¿por qué no la llevaron o la ofrecierón en estas colonias populares, o a las casas cuna o a los familiares que esperan afuera de los hospitales a los albergues, a los asilos? ¿Por qué hay no hay medios de comunicación?
Es cierto faltan muchas cosas por hacer, pero no necesitamos ni reflectores, ni violencia e intimidación y destrucción para hacer cambios o cuál es su sentir, en el video que circula ustedes dicen que “harán justicia”, pero nuestro pueblo no necesita justicieros enmascarados, el pueblo necesita abogadas, psicólogas, medicas, enfermeras, maestras, terapeutas, químicas, forenses, agrónomas, pedagogas, ingenieras, eso es lo que necesita el pueblo gente que la defienda, que enseñe, que esté de su lado, no solo de palabra y no solo cuando tienen una cámara en frente.
MUJERES TRABAJADORAS DEL ÁREA DE COCINA.
Carlos Arturo Baños Lemoine