Raúl Flores Martínez.
Los regímenes de dictadura a lo largo de la historia, han censurado a todos los críticos y medios de comunicación que estén en su contra, por una sencilla razón, no quieren librepensadores que les hagan sombras.
En México, la actual administración Federal ha iniciado una serie de acciones para censurar a sus críticos más acérrimos. Primero fue a los periodistas que acuden diariamente al sermón matutino al poner hasta el frente a los connotados “doctores” que tienen de periodistas lo que yo tengo de astronauta.
Esas focas aplaudidoras que ni siquiera saben leer las preguntas que les envían vía WhatsApp para ponerle un bombón al señor Presidente para salir bien librado del sermón matutino.
Ahora la forma de cerrarle el camino a Carlos Loret de Mola de manera disimulada se dio con la toma de las instalaciones de W Radio.
No parece coincidencia que empresarios cercanos al Presidente López Obrador, se apoderen de la estación que transmite el programa de Carlos Loret de Mola, días después de que el periodista exhibiera el video del hermano del presidente Pío López Obrador, recibiendo dinero para la campaña presidencial de 2018.
Lo que es indudable es que tomar un medio por la fuerza, aún con supuestos elementos legales, sólo se hace con la anuencia del gobierno en turno, y López Obrador, lo supo en su momento.
Otro ejemplo de la estrategia del silencio, se dio con la inhabilitación de la revista Nexos por parte de la Función Pública, un llamado a distintos gobiernos del país para evitar darle publicidad, una orden violando la autonomía de las entidades federativas.
Ya comenzó la estrategia del silencio, esa estrategia de callar a todos los críticos del actual gobierno, callar esas notas que tienen que ver con la mala manera de gobernar del Presidente Andrés Manuel López Obrador.