Raúl Flores Martínez.
Hay un adagio popular que dice “A perro con sarna, no se le quita, aunque lo bañen”, es el mismo caso dentro de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entes contaminados por el valemadrismo, compadrazgo, corrupción e impunidad.
Hace unos días, dos hechos que muestran claramente, cómo es la podredumbre dentro de estas dos instituciones que supuestamente están para cuidar y apoyar a la ciudadanía.
El flamante y desconocido Arturo Tapia Lugo, quien fue nombrado el 12 de agosto, como director de comunicación social de la CNDH, quedó exhibido en las redes sociales golpeando a una joven el pasado 23 de septiembre del 2019.
“Trabajas aquí de dependienta, reina. Seguro apenas tienes la prepa, eres una puta al mejor postor. Qué bueno que hay feminicidios”, gritó el sujeto.
Tapia Lugo, fotógrafo independiente y supuesto “periodista” de cultura que dentro del gremio nadie lo conoce, no tiene ninguna experiencia en el manejo de medios de comunicación; sin embargo, la señora Rosario Piedra Ibarra lo impuso en el cargo, un cargo donde la ineptitud y favoritismo ponen en declive la ya prostituida CNDH.
Con la salida de este improvisado, como la mayoría dentro de la CNDH, se da el tercer cambio del mismo puesto tras la llegada de Rosario Piedra, la primera fue Alejandra Ezeta Bagnis quien fue sustituida el 22 de julio por Saray Curiel González quien después de unos días también fue cesada.
Algo similar pasó en la SSC de la Ciudad de México, donde los mentados protocolos de actuación, simplemente son ignorados por la mayoría de analfabetas de la corporación. Leyó usted bien, analfabetas que no se han profesionalizado a lo largo de los años y siguen cometiendo las mismas torpezas.
Dos flamantes defensores de la ley, agredieron a la conocida Lady Tacos, por el simple hecho de vender en vía pública algo que al menos en México, no se considera un delito, si una falta administrativa, pero no delito.
La molestia con los guardianes de la ley, que a pulso se han ganado los sobrenombres de “perros”, “gorilas”, etc. Se debe a la falta de criterio y no saber diferenciar entre lo administrativo y penal.
La ignorancia de los elementos policíacos que en la mayoría de los casos no tienen carrera universitaria o la preparatoria de perdida, se refleja al aplicarle todo el peso de la ley y no a los criminales, por una simple y sencilla razón, “perro no come perro”.
Sabemos que, dentro de la corporación capitalina, hay muchos elementos que están dentro de los grupos criminales y otros tantos, deben rendirle el tributo y pago de cuota a los mandos que, de manera descarada, siguen sangrando los bolsillos de aquellos que caen en sus manos.
Algo que debemos cambiar en la SSC y CNDH, es darle puestos a personas que no tienen nada de experiencia en los puestos que se les asignen. Algunos tienen estudios superiores y especialidades, y llegan a experimentar creando estrategias “patito” e inservibles para la vida cotidiana.
No basta la suspensión o revocación del puesto de estas personas, lo que se requiere es la profesionalización de cada uno de los empleados de estas instituciones que les sirven, únicamente para vivir del presupuesto o de las extorsiones que se ejercen bajo su tutela.
