Cuba.- Un proyecto que combina la regeneración natural y artificial de los manglares con una buena gestión de la tierra, el agua y los recursos vivos dará sus mejores frutos en unos 15 años, pero los residentes de la provincia cubana de Artemisa aseguran que ha disminuido ya el impacto del viento y las inundaciones en la zona.
“Aquí puedes respirar un mundo saludable”, dice María Teresa, habitante de la provincia Mayabeque, en Cuba, quien administra el área protegida del Golfo de Batabanó.
Los manglares están presentes en el 70% de las costas cubanas y su pérdida aumenta la vulnerabilidad de las comunidades que habitan en el litoral.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) trabaja con las autoridades de agricultura y medio ambiente del país en un proyecto intensivo de rehabilitación de los manglares.
Con información de la ONU