Héctor Moctezuma de León.
Si algo tienen en común las renuncias de Carlos Urzúa, (Hacienda), Javier Jiménez Espriú (STC), Josefa González Blanco, (Semarnat), Germán Martínez Cazares, (IMSS) y Asa Cristina Laurell, (SS) es precisamente la discrepancia, en el caso de los primeros con el presidente y en el caso de la subsecretaria de Salud con el titular de la dependencia, en los tres casos se puede decir que se negaron a hacer un papel de “floreros” del gabinete como es la función de varios secretarios del actual régimen.
En los cinco casos discreparon de los criterios de sus jefes, en los cinco casos no aceptaron que les quitaran funciones, en los cinco casos los renunciantes mostraron congruencia y dignidad algo muy escaso en la política mexicana. Nunca antes los funcionarios, de gobiernos anteriores, acostumbrados al sí señor presidente había tirado la toalla por no estar de acuerdo con las estrategias presidenciales en el área de su competencia. Las renuncias siempre fueron a petición del jefe en uso de sus facultades constitucionales para nombrar y remover a sus colaboradores. “Motivos de salud” “Razones personales” y bla, bla.
Cuando menos en dos de los casos, (Urzúa y Jiménez) se observa autoritarismo del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre todo en el último, el del Secretario de Comunicaciones y Transportes que le quitaron el control de los puertos para dárselos a los consentidos del régimen, las fuerzas armadas, a lo que el ingeniero, simplemente se opuso.
Las renuncias de Martínez Cázares y la bióloga Laurell fue más bien por discrepancias, el primero con la Secretaría de Hacienda y la segunda con el Secretario de Salud, Jorge Alcocer y el subsecretario Hugo López Gatell. No estuvo de acuerdo con las estrategias de ambos. Afortunadamente ni en Hacienda, ni en el IMSS, ni en la Semarnat ni la subsecretaría de Salud el presidente no recurrió a los militares, pero poco falta, no hay que descartarlo.
La llegada de don Jorge Arganis a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, deja en claro que con excepción de las Fuerzas Armadas, López Obrador prefiere tener “floreros” que colaboradores con conocimientos en el área que se les encomienda.
No es nuevo que López Obrador haga a un lado a colaboradores de áreas especializadas, lo hizo en el gobierno de la Ciudad de México, cuando le dio la principal obra de su gobierno a Claudia Sheinbaun, quien era secretaria del Medio Ambiente y relegó al entonces titular dela Secretaría de Obras.
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El presidente Andrés Manuel López Obrador informó el jueves pasado que han muerto familiares suyos como consecuencia del COVID-19. Este viernes murió en Tampico, Tamaulipas Úrsula Mojica Obrador, a quien le decían “La Chula” prima hermana de Andrés Manuel, una mujer entusiasta y con un la gran pasión por Morena de la que era consejera estatal. Ayudó a muchas personas de la tercera edad en la colonia Vergel del Puerto Jaibo, a tramitar su tarjeta del Bienestar. También murieron víctimas del virus, su esposo un maestro del Tecnológico Regional de Ciudad Madero y un hijo de estos de entre 45 y 50 años. A este último le mandaron un avión ambulancia de la Secretaría de Marina para trasladarlo al hospital de la Semar en la Ciudad de México, pero no logró superar el mal que ha enlutado a miles de hogares mexicanos… Que se cuide Lorenzo Córdova, quien no se quiso ir por las buenas y lo pueden sacar por las malas, la designación de los cuatro nuevos consejeros, pone en peligro la permanencia de Córdova al frente del INE… Ricardo Añaya se defiende como gato boca arriba y a como de lugar busca zafarse de la lista de Lozoya. Y en la lista de beneficiarios con los recursos de Pemex, no tardan en salir los nombres de Viruta, (Gamboa) y Capulina, (Beltrones) hasta ahora se han salvado, pero pronto los mencionarán, ellos fueron los que le dieron el empujón definitivo a la fallecida reforma energética y les fue muy bien.
@HctorMoctezuma1