Raúl Flores Martínez.
La detención del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte es una señal inequívoca que algo se moverá dentro del club de políticos connotados del PRI, algo que traerá buenas o malas noticias, eso depende del lado de la línea donde se esté parado.
La extradición de España a México del ex director de Pemex, Emilio Lozoya y la de César Duarte de Estados Unidos a México, está agitando las aguas apacibles en la que nadaban los integrantes del tricolor, aguas que van ahogar a muchos que están ligados directamente con estos dos personajes.
Tanto Duarte como Lozoya, fueron protegidos por las altas esferas del PRI dinosáurico que ganó miles de millones de pesos de los erarios estatales y federales del país por décadas.
Las señales en el caso de Lozoya, son más que directas contra el ex presidente Enrique Peña Nieto y el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray que en su momento fueron jefes directos del ex director de Pemex. Para nadie es un secreto que cualquier movimiento que maneje millones de pesos en una administración, es conocido por los jefes.
De acuerdo con la Información Filtrada de algunos colaboradores de legisladores del PRI en la Cámara de Diputados, señalaron que “algunos integrantes del grupo Atlacomulco, están nerviosos”, nerviosos por la llegada de notables priistas al país que, para no ser castigados duramente, podrán en manos de las autoridades algunos secretos.
De qué secreto se mencionan en los pasillos de la Cámara de Diputados que han inquietado a los Atlacomulcos, ese club de presidenciables y gobernadores del Estado de México que en sus épocas doradas recibían su diezmo de los estados gobernados por el tricolor.
Los secretos que trae Duarte Jáquez en sus bolsillos pueden ser de un gran valor para el gobernador Chihuahuense, Javier Corral que se pondrá una estrella en la frente si logra llevarlo a un proceso judicial, donde se le embarguen los bienes que aún falta que se le conozcan.
Llegó el tiempo de la limpia a nivel Federal y estatal, una limpia que puede ser benéfica tanto para el PAN, como para Morena en sus debidas proporciones, si estas dos capturas son manejadas de forma inteligente para levantar la imagen de sus gobiernos.
Mientras unos ganan, otros se irán hundiendo poco a poco, si es que la memoria colectiva puede ser retenida en los grandes desfalcos y actos de corrupción que se realizaron durante estas dos gestiones que pasaron de largo durante sexenios tricolores.