Nueva York.- Además de que en Nicaragua existe poca transparencia y falta de claridad en la información pública sobre los casos de COVID-19, el discurso oficial estigmatiza a las personas que critican la respuesta estatal o difunden información contradiciendo las fuentes oficiales, asegura Michelle Bachelet, quien informa de que persisten las violaciones de derechos humanos de los opositores al Gobierno.
En Nicaragua, los opositores al Gobierno, los defensores de los derechos humanos, los periodistas, los líderes sociales y los ex detenidos políticos sufren violaciones sistemáticas de sus garantías fundamentales, señaló este jueves la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En una actualización oral sobre la situación en el país centroamericano al Consejo de Derechos Humanos, Michelle Bachelet dio cuenta de despliegues policiales, detenciones arbitrarias y ataques de elementos progubernamentales a las reuniones pacíficas de los críticos del Gobierno.
Detalló haber recibido 43 denuncias de allanamientos domiciliarios sin orden judicial, arrestos y detenciones arbitrarias, así como acoso e intimidación por parte de policías o elementos progubernamentales contra individuos considerados opositores.
Bachelet destacó la impunidad persistente frente a estos atropellos. “Aún no se conocen investigaciones o procesos penales para identificar, juzgar y sancionar a los responsables de graves violaciones de los derechos humanos ocurridas en los últimos dos años, también debido a la Ley de Amnistía”, dijo.
“Esta persistente impunidad erosiona la confianza en las autoridades, y junto con la falta de reformas legales e institucionales, incrementa el riesgo de nuevas violaciones a los derechos humanos”, añadió.
La Alta Comisionada se refirió con preocupación a la muerte de cuatro indígenas y la lesión de dos en el territorio Tuahka, en la Costa Caribe Norte nicaragüense, debido a ataques con armas de fuego perpetrados el 26 y 27 de marzo pasados.
También reportó incidentes violentos el 19 y 20 de abril en Esquipulas, isla de Ometepe, donde se registraron al menos dos muertes de residentes de la comunidad y tres policías fueron heridos. Según las informaciones, varios residentes se enfrentaron a la policía por presuntas violaciones como el uso de la fuerza y el arresto arbitrario de tres personas. Los residentes tomaron como rehén a un agente mientras exigían la liberación de los arrestados.
El Arsenal / Con información de la ONU