Francisco Garfias.
Vaya mensaje que le mandó la Cámara alta al investigador universitario John Ackerman, quien apenas hace unos días pedía a senadores de Morena la destitución de Ricardo Monreal como coordinador de ese grupo parlamentario.
En cuestión de horas, el legislador zacatecano logró dar vuelta al ambiente de rompimiento de Morena y sus aliados con la oposición, que prevalecía la noche del domingo.
Ese distanciamiento, por una necedad del diputado Mario Delgado, puso en la tablita la celebración del período extraordinario de sesiones para armonizar el marco jurídico mexicano con el T-MEC, que entra en vigor mañana.
Superado el escollo, los senadores le entregaron ayer al presidente López Obrador las cinco leyes que se requerían para el citado ajuste al marco jurídico.
Falta la Cámara de Diputados, pero no vemos cómo Delgado podría quitar al mandatario mexicano, antes de su viaje a Washington, todo el respaldo institucional.
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Al líder de los diputados de Morena le quedó grande el saco. Se le complicó la convocatoria al período extraordinario por la necedad de incluir en la agenda “otros temas” que nada tienen que ver con el Tratado Comercial entre México-Estados Unidos y Canadá.
Esos “otros temas”, sospechan en la oposición, eran la renuncia de Laura Rojas a la presidencia de la Mesa Directiva, por la controversia constitucional que interpuso ante la SCJN por el decreto que puso de nuevo en labores de seguridad pública a las Fuerzas Armadas
Pero también la famosa la Ley de Responsabilidad Hacendaria para entregar el control parcial del Presupuesto al presidente López Obrador.
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La noche del domingo, cuando casi se cae todo, Mario no paraba de decir, en corto, que los del PRI y el senador Miguel Mancera eran unos “traidores”.
Monreal fue requerido de muy arriba para que ayudara a Delgado a salir de la difícil situación. Lo sacaron de su casa a las 9 de la noche y a la una de la mañana el problema quedó resuelto.
Cuando llegó al Senado, el zacatecano encontró un ambiente muy pesado.
Los legisladores de oposición estaban muy molestos por la necedad de Mario y sus aliados de poner el T-MEC “entre otros” temas en la agenda del extraordinario. Pero también por el trato y la actitud de Delgado.
Monreal reconstruyó todo el proceso. Logró volver a sentar en la mesa a los distintos grupos parlamentarios. Sin la oposición no habría extraordinario. Faltaba un voto.
La Comisión Permanente volvió a sesionar el lunes por la mañana. Por la tarde se inició el período extraordinario que acabó con la aprobación de las Leyes.
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Va la la historia: apenas le solicitaron su ayuda, Monreal habló con Mónica Fernández, presidenta de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente, para pedirle que no levantara la sesión.
“Ya están desesperados. Este asunto no pasó”, replicó la presidenta.
“No cierres, no cierres. La entrada en vigor del T-MEC es pasado mañana”, insistió Monreal. Era imperativo que convocara para la mañana siguiente.
Colgó con Mónica y empezaron otras llamadas. Dante, MC; Osorio, PRI; con Laura Rojas, PAN; con todos. pues.
Tampoco le fue fácil convencer a Mario Delgado para que renunciara a ese “entre otros”. El diputado de Morena estaba muy molesto con el PRI y con Mancera.
Creía tener amarrados los votos en la Permanente para su agenda que incluía esos temas, pero no fue así.
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Apenas llegó al Senado, donde sesionaba la Permanente, Monreal buscó a Delgado. Le hizo ver que no se trataba del PRI, sino del presidente. “Le estás quitando una herramienta valiosísima”, alegó.
Pero Delgado no cedía “yo le explico, tú en tu Cámara, yo en la mía”, reviró.
–¿Quieres que te ayude sí o no? Preguntó el senador.
Volvió a insistir: “Quítale ese “entre otros” y vámonos directo. Hacemos dos periodos: el del INE y éste que importa mucho que es el T-MEC”.
Mario no quiso sacar la convocatoria al extraordinario en ese momento. Sugirió que fuera el lunes por la tarde. Imposible, tiene que ser a las nueve de la mañana, le dijo el senador.
Por fin cedió.
Después de convencer a Mario, Monreal habló con los diputados más radicales de la alianza, entre ellos los petistas Reginaldo Sandoval y Fernández Noroña.
El mismo argumento. Hay que ayudar y no hacerle daño al presidente. De nada sirve sacarle la lengua a la oposición. Lo importante es aprobar las cinco leyes del T-MEC.
Hoy es el turno de los diputados.
FIN.