Raúl Flores Martínez.
La presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación en la ciudad de México, ya tenía varios años; sin embargo, era silenciosa, casi invisible para no llamar la atención, incluso algunos aseguraban que esos videos que salieron en años anteriores en las alcaldías de Gustavo A. Madero y Miguel Hidalgo eran de algunos impostores.
Ayer se dio algo que ya se esperaba desde hace algunos meses, la presentación oficial del CJNG en la ciudad de México, una presentación por demás mediática como lo hacen en otros estados del país, una presentación que logro su objetivo, generar “terror” en los elementos policíacos de la capital chilanga.
El uso de armamento bélico como un rifle de asalto calibre 50 que nunca se disparó, de lo contrario, ya se estaría escribiendo de diversas muertes, incluyendo la del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, debido a que una bala de este rifle puede atravesar sin dificultad el calibre nivel siete de la camioneta que trasladaba al funcionario.
De acuerdo con la Información Filtrada de las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, el rifle calibre 50 “no fue disparado”, debido a que se “encasquilló”, “se trabó” y no se pudo utilizar; por lo cual, el titular de la SSC está vivo.
Si vamos un poco más allá del atentado, qué significa que el CJNG este en la ciudad de México, apoyado por los remanentes del Cártel de Tláhuac. Lo que significa que se acerca una ola de violencia que no podrá ser detenida por la policía capitalina que en primer lugar no tiene la capacitación y armamento para enfrentar el armamento bélico del crimen organizado.
No quiero ser pesimista, pero ayer entramos a la inauguración de “La nueva normalidad del CJNG” que buscará a sangre y fuego quedarse con la plaza de la ciudad de México, una plaza que está en disputa por la Unión Tepito y sus escisiones.
Recordemos que está organización criminal se dedica a la manufactura y tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo que les deja millonarias ganancias ilícitas con lo que pueden comprar y traficar armas bélicas de última generación, además de la contratación de sicarios, vehículos, aeronaves para realizar sus actividades.
La estructura financiera de la organización criminal, les permite seguir operando, a pesar de los aseguramientos en efectivo o cuentas bancarias, como sucedió con la operación denominada “Agave Azul”, realizada entre la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda en coordinación con la Administración para el Control de Drogas (DEA), logrando congelar mil 939 cuentas bancarias.