Carlos Arturo Baños Lemoine.
Todos vimos las escenas ayer por la tarde-noche. Los medios fueron prolíficos en ello, aunque muchos de ellos no fueron enfáticos ni suficientemente analíticos.
Alumnos y padres de familia, hartos por la toma ilegal de la Prepa 9 (UNAM), se enfrentaron verbalmente y a manotazos con las poquísimas y sectarias paristas que se obstinan en mantener cerrado ese plantel educativo.
Las feministas y sus “aliades” (machos golpeadores pero al servicio de las feministas) llevan tres meses delinquiendo, esto al no permitir las actividades propias de la Prepa 9. Y todo esto a la vista de las autoridades universitarias y capitalinas… ¡y todo esto en total impunidad!
Está clara la comisión del delito de despojo agravado, por tratarse de un grupo de tres o más personas. Este delito alcanza prisión de seis a diez años. Y está clara, también, la comisión de los siguientes delitos: daño en propiedad ajena, amenazas, lesiones, allanamiento de oficina, asociación delictuosa, motín y ejercicio ilegal del propio derecho… ¡al menos!
Agréguenle la agravante de estar siendo cometidos “en pandilla”.
Estamos, pues, ante delincuentes que han gozado de la más plena impunidad, debido a que las autoridades universitarias y capitalinas (de MORENA) han decidido no proceder conforme a Derecho. Por esta razón, las autoridades universitarias y capitalinas son responsables de delitos de comisión por omisión.
En vano tanta perorata sobre la “cultura de la legalidad” y sobre “el Estado de Derecho”.
A todos nosotros nos queda claro que las feministas delincuentes gozan de total impunidad dentro del “Estado Patriarcal” (ajá, súper “patriarcal”), porque operan bajo la sombra protectora de gobierno morenista en turno.
Los gobiernos de MORENA cobijan las conductas delictivas, vandálicas y gansteriles de las sectas feministas, que de suyo son perniciosas.
Y, ante la pasividad y complicidad de las autoridades universitarias y capitalinas, alumnos y padres de familia intentaron reapropiarse de su escuela, para que los alumnos puedan ejercer su derecho a la educación, claramente conculcado por las paristas feministas.
Y seguimos en el círculo vicioso que yo llevo lustros denunciando (soy el único periodista en México que lo está haciendo): feministas que se quejan de acosos que no demuestran (siendo tan fácil hacerlo con la tecnología de nuestros tiempos), autoridades venales que todo les consienten y permiten, comunidades confrontadas, conculcación de derechos elementales en detrimento de muchos profesores y administrativos, fabricación en serie de “chivos expiatorios” para darles gusto a las feministas inconformes que seguirán inconformes y comenzamos de nuevo…
Para colmo, resulta que la UNAM no sólo no actúa conforme a Derecho, sino que ha resultado incompetente para inculcar en su alumnado la lógica y el espíritu científico de la demostración…
¡Y todo el mundo de cabeza!
Estamos a punto de regresar a los peores momentos del Medioevo en pleno siglo XXI, gracias al feminazismo de nuestros tiempos canallas.
¡Y todavía se molestan algunas cuando yo afirmo (y demuestro) que el feminismo es dogmático, inquisitorial, retrógrado, absurdo, totalitario y anticientífico!
¡Las pruebas de la irracionalidad funesta inherente al feminismo siempre han estado a la vista! Sólo los brutos, los miedosos y los cómplices no quieren verlas…
Yo, desde este modesta pero importante trinchera periodística, seguiré exhibiendo y denunciando la alta peligrosidad que, para el mundo moderno, representa el feminismo.
Todavía estamos a tiempo de detener a ese cáncer social.
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Este artículo de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.
