Raúl Flores Martínez.
En qué manual o reglamento dice o dicta que las personas que comulgan con la 4T deben ser unos pendejos descerebrados, más si están dentro de la política de un gobierno de “cambio” o “transformación”.
Ahora con esta transformación de cuarta, nos damos cuenta que los funcionarios de la actual administración no tiene la menor pulcritud en la política del respeto al dolor ajeno.
Ayer Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación, ocasionó una lluvia de críticas en redes sociales luego de que compartiera el refrán: “A chillidos de marrano, oídos de chicharronero”.
Luego de que posteara esto, los opositores lo cuestionaron acerca de a quién iba dirigido ese refrán, que le siguió al también polémico “ahora gritan como pregoneros y callaron como momias” que dirigió el presidente Andrés Manuel López Obrador a los opositores durante su mañanera.
Bien se sabe que el refrán fue directamente para los hermanos LeBarón, quienes han estado haciendo ruido con la marcha realizada este fin de semana de Morelos a la Ciudad de México.
Quizá para muchos de los opositores o acarreados que fueron a la plancha del Zócalo capitalino, este domingo que pasó a tratar de desvirtuar y romper la marcha, no hayan sufrido un asalto o la muerte de un ser amado a manos del los criminales.
Quizá es por eso que a pulmón abierto confrontaron a los integrantes de esta marcha que se realizó para llamar la atención del gobierno Federal, sobre la inseguridad que se tiene en México.
No se pueden ocultar los muertos y el incremento en la inseguridad en el país; pero por lo menos, se puede manejar un lema de “políticamente correcto”, en los funcionarios públicos de esta administración para que no sigan generando polarización en la sociedad.
Alguien debe decirle a estos funcionarios y estos seguidores de hueso colorado, que no están exentos de ser víctimas de la delincuencia o crimen organizado.
Porque también, se les puede aplicar el refrán de “A chillidos de marrano, oídos de chicharronero” porque estamos en una rueda de la fortuna.