México .— La historiadora Ann Marie Cyphers Tomic, especialista del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dio a conocer que varias de las famosas cabezas olmecas son producto de un proceso de reciclaje.
A partir de los asientos de los gobernantes, que consistían en un bloque rectangular de basalto, se hicieron los retratos colosales que hoy en día son conocidos a nivel mundial.
La cultura Olmeca proliferó entre el 1800 y el 400 a.C y las cabezas son el sello característico de esta civilización de Mesoamérica. Hasta el momento se conocen 17 ejemplares que son considerados como retratos de gobernantes por diferentes especialistas.
“Una de las posibilidades es que al morir el gobernante, su trono era utilizado para hacer su retrato. Otra es que se dejó de lado la realización de grandes tronos y se optó por el retrato colosal para representar a los antiguos gobernantes”, expuso la investigadora.
Respecto a los elementos que hacen única a cada cabeza colosal está el tocado, generalmente en forma de un casco, sobre el cual se puede observar un símbolo que, de acuerdo con las interpretaciones arqueológicas, podría indicar el nombre del personaje y su linaje.
Durante la conferencia “Las cabezas colosales olmecas” del ciclo La arqueología hoy, organizado por El Colegio Nacional, Cyphers Tomic señaló que “el estudio de las connotaciones políticas, históricas y míticas de las cabezas colosales, y de su distribución espacial en las distintas capitales olmecas, ha permitido proponer que estas representaciones pictóricas de gobernantes ancestrales fungían como una especie de testimonio genealógico de los linajes reales para validar la sucesión del cargo”.