Raúl Flores Martínez.
Las apacibles olas del mar de Veracruz, es lo único que ve el gobernador Cuitláhuac García en un estado donde el crimen organizado se disputa a sangre y duro diversos municipios de la entidad.
Para nadie es un secreto que la Policía Naval, le está haciendo la chamba al gobierno morenista de Veracruz al detener en los últimos meses con base en inteligencia naval a los principales generadores de violencia del estado.
Coatzacoalcos, es uno de los municipios donde el secuestro, las ejecuciones y los robos en todas las modalidades, son delitos considerados “normales” para las autoridades jarochas.
Qué tendrá en la cabeza el gobernador Cuitláhuac que no ve más allá de lo que está pasando en su estado, qué cerrazón tendrá que no escucha el llamado de auxilio de los ciudadanos que votaron por él.
Solo un ejemplo, el más reciente de que Veracruz ya es tierra narca. El pasado 6 de enero en diversos municipios, como La Perla, Córdoba, Orizaba, Río Blanco, Amatlán, Tezonapa, Ixtac, entre otros más, los sicarios del CJNG entregaron juguetes a los niños de las comunidades con los saludos especiales del “Mencho”.
Trabajo que han venido haciendo esta organización criminal, para trabajar su base social que les ayude en los momentos de los operativos de las Fuerzas Armadas.
Todos se enteraron de esta entrega de juguetes; claro, menos las autoridades estatales que voltearon a ver a otro lado con algunos fajos de billetes en las bolsas de algunos mandos policíacos.
NarcoVeracruz, es uno de los estados consolidados por el crimen organizado para generar sus recursos ilícitos con base en actividades que dañan a la ciudadanía.
Mientras siguen los secuestros, los cobros de piso, el trasiego de estupefacientes y las ejecuciones; Cuitláhuac, el gobernador gris de Veracruz, sigue mirando las apacibles olas del mar, mientras el estado que gobierna se hunde en la narcoviolencia.