Rubén Cortés.
La diplomacia mexicana ha de andar hilando fino por si crece el contencioso militar entre Estados Unidos e Irán, porque la economía mexicana depende totalmente de Estados Unidos, pero las alianzas ideológicas regionales de la 4T son con los amigos de Irán.
Esas alianzas ideológicas provienen de cuando Morena era movimiento social, y muchos de sus dirigentes se dedicaban al turismo ideológico, y que ahora se las endilgaron al presidente, a quien no le interesa ese mundillo de la grilla ideológica latinoamericana de café con leche y lemitas de cartón piedra.
Relató Enrique Krauze en “Letras Libres”:
Yo tenía curiosidad de saber si era cierto que no tenía pasaporte. “Es extraño –me dijo– que me reclamen eso. El presidente Venustiano Carranza nunca cruzó la frontera.” “Es verdad –le expliqué–, pero Carranza fue presidente entre 1916 y 1920, los tiempos han cambiado mucho.”
“Hay que concentrarse en México –me dijo–. Para mí la mejor política exterior es la buena política interior.” Era obvio que el mundo lo tenía sin cuidado. Su mundo era México.
Sin embargo, el grupito fundamentalista de Morena lo enredó en el affaire Evo Morales. El mismo grupito de ayatolás que es amigo de los amigos de Irán, que es el enemigo de nuestro principal aliado comercial y, por el cual, México se ha convertido en el tapón de la migración terrestre al Norte.
Imposible olvidar entonces que el general iraní Qasem Soleimani, asesinado la semana pasada por Estados Unidos en Irak, venía de un encuentro con la milicia pro iraní Hezbolá, que opera en El Líbano y Siria, y en los países del ALBA con la complicidad del chavismo y el kirchnerismo.
El Informe Nisman (fiscal especial argentino para el ataque terrorista a la Asociación Mutual Israelita en Buenos Aires) dice que Hezbolá se instaló en el ALBA con Chávez. Después de su informe, Nisman apareció muerto en su casa de un tiro en la cabeza.
Hezbolá saca 500 millones de dólares en negocios ilícitos en áreas del ALBA, según un estudio de Roger Noriega, ex subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, y posee redes de reclutamiento en América Latina, con centro logístico en la isla venezolana de Margarita.
Chávez abrió el camino a Irán en América Latina, y lo mantuvo Cristina Kirchner en su época de presidenta argentina, con la firma del “Memorándum con Irán”, pese a ser Irán el responsable probado del atentado a la Asociación Mutual Israelita en la capital argentina.
Sí, nuestra diplomacia debe hilar fino si crece el conflicto Estados Unidos-Irán. Especialmente para que no se deje arrastrar (como en el affaire Evo Morales) por los entusiastas del turismo ideológico…
Y se mueva con altura de Estado.