Raúl Flores Martínez.
Las baterías del gobierno de la Ciudad de México, van contra el ex titular de la SSC, Raymundo Collins, a quien no le respetaron el convenio que hizo con la actual administración de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Debemos recordar que Collins fue traído en un momento a la policía capitalina para “pacificar” la capital del país, tan así lo hizo que entregó a través de negociaciones a los principales líderes de la Unión Tepito y Anti Unión.
Ahora, solo queda su detención que, de acuerdo a mandos de la propia SSC, está siendo negociada con la finalidad de no revelar nombres y cargos de altos mandos de la corporación policíaca que tiene vínculos con los delincuentes y negocios personales dentro de la corporación.
Para nadie es desconocido que en la actualidad se les está pidiendo una cuota a los elementos de tránsito semanalmente para sus mandos, las llamadas “mordidas” han regresado de nuevo en una administración local y Federal que lucha contra la corrupción.
Por si fuera poco, ahora el aérea de asuntos internos de la corporación, investiga que su propio jefe Omar García Harfuch, ha dado la instrucción de espiar a determinados periodistas que cubren la fuente.
Periodistas que tienen de primera mano fotografías e información de los detenidos y operativos que realizan los elementos policíacos de la CDMX.
Esto le podría traer graves consecuencias al mando policíacos que van desde la inhabilitación hasta un proceso penal que lo dejará por varios años en la cárcel.
Tal parece que la SSC está de cabeza porque por dos frentes le llegarán los golpes que la dejarán desacreditada, la de por sí ya desgastada policía capitalina.
Ahora solo queda esperar, esperar a que se den los hechos y salgan a relucir los nombres de los mandos corruptos y el nombre de los periodistas que son espiados telefónicamente en la Ciudad de México.
